Zaragoza
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Aragón, tierra de contrastes, paisajes imponentes y tradiciones profundas, se ha expresado a través de sus refranes a lo largo de generaciones. Estos dichos populares son mucho más que simples palabras: encapsulan la esencia de la vida rural, la identidad aragonesa y, en muchos casos, una filosofía práctica y sencilla sobre la vida cotidiana.

Los refranes son como consejos disfrazados de poesía cotidiana, que nos ayudan a comprender el mundo con un toque de humor y perspicacia. En cada refrán vive un pedacito de historia, una manera de ver la vida que nos conecta con nuestras raíces y con el conocimiento colectivo que forma parte de nuestra identidad

Hoy exploramos un refrán que, aunque ampliamente conocido y comprendido en Aragón, a menudo resulta un enigma para el resto de España: "Carne y unto, todo junto".

La filosofía aragonesa del refrán de comida

Este refrán expresa una mentalidad de aprovechamiento y disfrute sin desperdicio, muy arraigada en la cultura de los pueblos aragoneses. Vamos a desentrañar este y otros dichos populares relacionados con la gastronomía que reflejan la forma de vivir de los aragoneses y cómo estos refranes aún perduran en la vida diaria de la región.

El refrán "Carne y unto, todo junto" representa un principio básico de la cocina y la vida aragonesa: la importancia de utilizar y aprovechar al máximo cada ingrediente. En tiempos de escasez, la carne era un bien preciado, y el "unto" o grasa (especialmente la de cerdo) se convertía en un recurso esencial para añadir sabor y energía a las comidas.

Este dicho refleja la costumbre aragonesa de no desperdiciar nada y disfrutar cada elemento que se tiene a mano, mezclando sabores y texturas para crear platos ricos y nutritivos.

En los pueblos, esta mentalidad de aprovecharlo todo sigue vigente, y no solo en la cocina. Los aragoneses, desde hace siglos, han adoptado este refrán como una forma de vivir en armonía con los recursos disponibles, valorando tanto lo grande como lo pequeño, lo sencillo como lo complejo.

Otros refranes aragoneses

"El cierzo que desayuna, come y cena dura una quincena": El cierzo, ese viento frío y persistente que recorre Aragón, marca el ritmo de las estaciones y afecta la vida cotidiana de los habitantes. Este refrán advierte que cuando el cierzo comienza, puede mantenerse durante días o incluso semanas, afectando no solo el clima, sino también el ánimo y el ritmo de las jornadas.

"El que nace barrigón, tontería que lo fajen": En este caso, el refrán transmite una lección de aceptación y realismo. En la cocina, como en la vida, algunas cosas no se pueden cambiar. Es una manera de recordar que intentar cambiar algo fundamental de una persona (o de una situación) es a menudo en vano. En el contexto rural aragonés, donde la vida es directa y sin adornos, este dicho es una especie de filosofía de vida: aceptar a las personas y las cosas tal y como son.

"Aragonés fino, después de comer tiene frío": Después de una buena comida, es común sentir una cierta somnolencia y buscar calor para descansar. Este refrán apunta a esa característica humana y a cómo después de una comida abundante, muchos buscan el calor de la siesta o el descanso. En los pueblos de Aragón, donde el clima es fresco gran parte del año, este dicho se cumple especialmente en invierno, cuando el frío exterior hace que, tras una comida caliente, el cuerpo se quede destemplado.

"Uvas y queso saben a beso": Este refrán aragonés, que también es popular en otras regiones, alude a la armonía entre el sabor dulce de las uvas y el toque salado del queso, una combinación que muchos consideran tan placentera como un beso. En la gastronomía aragonesa, donde el queso y la fruta (especialmente la uva) tienen un lugar importante, este dicho pone en valor las combinaciones sencillas pero deliciosas.