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El recetario aragonés es extenso y combina comidas de larga elaboración y también fáciles, saludables y más golosas, de carne o de pescado. De esta forma, existe mucha variedad a la hora de elegir que receta preparar para una comida especial o para un día de rutina. Todas ellas son realmente ricas.

Pero, ¿cuántas veces llega la hora de la cena y no sabes qué preparar? Después de un largo día de trabajo no tienes ganas de comidas que requieran grandes preparaciones, no te quedan ideas y siempre recurres al mismo plato o comidas que no son saludables.

No obstante, hay muchas opciones de platos sencillos y ricos perfectos para la cena en cualquier época. Una de ellas es la fritada aragonesa, que permite incluir variaciones y hacerla más o menos elaborada, según la preferencia o el tiempo.

Además, es excelente porque solo necesita como ingredientes verduras y patatas, siendo muy económica. Cabe recordar que la fritada aragonesa, a diferencia del pisto manchego, no incluye salsa de tomate.

Las recetas como la de la fritada aragonesa se han transmitido de generación en generación y son patrimonio de Aragón sin perder su principal esencia y que cuenta con el aceite de oliva virgen extra como ingrediente diferencial.

Se trata de un plato sencillo, perfecto para preparar a la hora de la cena, pues no es pesado y se tarda algo más de media hora en preparar. Otro de sus puntos a favor es que es rico en antioxidantes y grasas saludables.

Aunque no es la receta más rápida dado el tiempo que se necesita para cocinar las verduras y las patatas, sí es sencilla y fácil de hacer.

Receta para la fritada aragonesa

Ingredientes para 4 personas (la mitad si es solo para dos)

  • 2 patatas grandes
  • 2 calabacines
  • 2 pimientos verdes
  • 2 pimientos rojos
  • 2 cebollas medianas
  • Sal al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra (el truco de las abuelas para que esta receta quede perfecta)

Preparación:

  • Preparación de las verduras: Comienza lavando bien todas las verduras. Pela las patatas y córtalas en rodajas finas. Corta los calabacines en rodajas y los pimientos y cebollas en tiras o dados.

  • Cocción de las verduras: En una sartén amplia, añade una generosa cantidad de aceite de oliva virgen extra y caliéntalo a fuego medio. Primero, cocina las patatas, ya que requieren más tiempo para alcanzar la textura adecuada. Déjalas en el fuego hasta que estén doradas y tiernas, removiendo de vez en cuando para que no se quemen y se cocinen de manera uniforme.

  • Añade las demás verduras: Una vez que las patatas estén listas, agrega los calabacines, pimientos y cebolla a la sartén. Cocina todo junto a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente para que todos los ingredientes se impregnen del aceite y se cocinen de manera homogénea. El truco para una buena fritada es darle el tiempo necesario para que las verduras se pochen y sus sabores se mezclen adecuadamente, sin apresurarse en la cocción.

  • Sazona al gusto: Cuando todas las verduras estén tiernas y bien integradas, añade sal al gusto y remueve para que se distribuya de manera uniforme.

  • Reposo y servicio: Deja que la fritada repose unos minutos para que los sabores se asienten. Sirve caliente, acompañada de pan rústico si se desea.