Los zaragozanos ya están acostumbrados a las obras y a las afecciones al tráfico que estas provocan. Con las legislaturas del Partido Popular, las calles se ponen bonitas, pero principalmente se renuevan las tuberías soterradas; por lo que es necesario levantar la acera y cortar algunas calles de la ciudad.
La transformación urbana del Ayuntamiento de Zaragoza da un paso más, la alcaldesa presentó hace unos días el ambicioso proyecto para la modernización del Coso y la plaza San Miguel, unas obras que renovarán la céntrica calle y que afectará por tanto, a la movilidad.
Con una inversión de 9 millones de euros, el proyecto busca convertir más de 15.700 metros cuadrados en un espacio renovado, verde y accesible, alineándose con las reformas previas realizadas en el paseo Independencia y la plaza España. Sin embargo, las obras supondrán un gran reto para los zaragozanos, ya que su ejecución, prevista para 2026 y 2027, paralizará parte de la zona durante al menos año y medio.
Un proyecto para transformar el centro de Zaragoza
Tal y como destacó la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, el objetivo principal es “poner en valor uno de los ejes clave de la ciudad” y dotarlo de un diseño más amable tanto para los vecinos como para los visitantes. Las actuaciones incluirán:
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Ampliación de aceras, duplicando el espacio para los peatones
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Zonas verdes con más árboles, bancos y fuentes, donde la amplitud de las calles lo permita
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Renovación integral de las redes de saneamiento y alumbrado, sustituyendo tuberías antiguas y apostando por luces LED
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Rediseño del tráfico, dejando un carril por sentido para los vehículos y dando prioridad al transporte público
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Ampliación del carril bici, incrementando su seguridad con mayor anchura
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En cuanto a la plaza San Miguel, se eliminarán las isletas existentes para crear una explanada continua, conectada de forma natural con el corredor del Coso
Entre las motivaciones para acometer esta ambiciosa reforma, la alcaldesa subrayó los constantes problemas de roturas en las tuberías de la zona. “Es una acción coherente con la transformación que estamos llevando a cabo en el resto de la ciudad”, explicó. Además, esta intervención permitirá crear un espacio que invite al paseo y a disfrutar de los edificios históricos del centro.
El proyecto también prevé reuniones con los vecinos, para recoger sus propuestas y mejorar el diseño inicial antes de licitarlo en 2025.
Impacto en el tráfico del centro de Zaragoza
Aunque las mejoras prometen un futuro más accesible y atractivo, el impacto en la movilidad será notable durante las obras que se prevé que duren un año y medio. La zona se verá parcialmente paralizada, lo que afectará a residentes, comercios y transporte público. Sin embargo, desde el Ayuntamiento confían en que los beneficios a largo plazo compensen las molestias temporales.
Las obras supondrán un reto considerable para los residentes y comerciantes del entorno. La transformación del corredor del Coso y la plaza San Miguel implicará cortes de tráfico, desvíos y posibles molestias derivadas de una reforma de esta magnitud.
Por el momento, el proyecto contempla la reducción de la calzada a un carril por sentido, lo que garantizará el paso del transporte público, aunque se prevé una menor fluidez del tráfico. Además, los trabajos para renovar las redes de saneamiento y alumbrado podrían ocasionar interrupciones temporales en los suministros de agua y electricidad. Estas obras, aunque necesarias, podrían extenderse dependiendo de los hallazgos en las catas arqueológicas pendientes en la plaza San Miguel.