Aragón es tierra de pueblos con encanto, repartidos por su geografía, ideales tanto para una escapada en cualquier estación del año como para convertirse en un perfecto y tranquilo hogar. Estas pequeñas localidades destacan por su tranquilidad, sus tradiciones y el contacto con la naturaleza, pero también enfrentan un desafío importante: la despoblación.

Con el paso del tiempo, muchos pueblos aragoneses han visto cómo sus habitantes emigraban a las ciudades o envejecían, dejando sus calles vacías y la gran parte de sus casas deshabitadas, además de sus negocios cerrados.

Ante esta realidad, han surgido iniciativas como Holapueblo, un proyecto liderado por AlmaNatura y apoyado por Redeia e IKEA, cuyo objetivo es revitalizar las zonas rurales más afectadas por la despoblación. Entre las localidades destacadas en esta plataforma se encuentra Los Fayos, un ejemplo del esfuerzo por devolver vida a los rincones más auténticos de Aragón.

Este pueblo de apenas 136 habitantes se encuentra en la provincia de Zaragoza, en la comarca de Tarazona y el Moncayo, limitando con Soria y La Rioja. Una pequeña localidad que destaca por su clima favorable, calles estrechas, agradables gentes, pero sobre todo por la naturaleza imponente que lo rodea. Y es que, este se encuentra en pleno Parque Natural del Moncayo.

La mayor parte de los vecinos de Los Fayos eran en su mayoría agricultores de maíz, remolacha, patata y cereal, además de ganaderos. Sin embargo, en la actualidad la actividad económica se genera en su mayoría a pocos kilómetros del municipio. Aún así, Los Fayos cuenta con una atractiva oferta privada y municipal de viviendas, además de una importante área de oportunidad laboral dentro y fuera de Los Fayos.

Vivienda y oportunidades laborales

Aunque en los últimos años muchas personas jóvenes han optado por trasladarse a núcleos urbanos cercanos como Zaragoza o Tudela, impulsados por las oportunidades laborales en áreas industriales como Ágreda y Tarazona, el pueblo de Los Fayos conserva un atractivo que podría ser clave para su revitalización. Su entorno natural es un recurso valioso que ofrece un gran potencial para el desarrollo de actividades relacionadas con el turismo de naturaleza.

Actualmente, la mayor parte de los residentes de Los Fayos son personas jubiladas o vecinos que trabajan fuera del municipio. Sin embargo, el creciente interés por el turismo rural y la vida tranquila en esta zona abre un abanico de posibilidades para quienes quieran emprender. Entre las oportunidades más claras se encuentran los servicios turísticos, como una empresa de alquiler de bicicletas o actividades de aventura, que podrían complementar la oferta local. Además, cada verano el bar de las piscinas sale a licitación, lo que podría ser una excelente oportunidad para emprendedores que quieran establecerse en la localidad.

Por otro lado, la proximidad a Ágreda, a solo 15 kilómetros, añade valor al municipio al ofrecer empleos en sectores como las energías renovables (especialmente eólica), la hostelería y la agricultura. Dentro de Los Fayos, también se detecta la necesidad de servicios en áreas sociosanitarias, como podología, fisioterapia o psicología y la apertura de una tienda de alimentación o panadería podría cubrir un vacío significativo dejado tras el cierre de negocios por jubilación. Asimismo, iniciativas en animación sociocultural, tanto para los niños que residen actualmente como para los mayores, aportarían valor a la comunidad, indican en la web de Holapueblo.

En cuanto a vivienda, el mercado local ofrece opciones tanto en alquiler como en compra. Algunas casas pueden adquirirse por alrededor de 45.000 euros, mientras que los alquileres rondan los 350 euros mensuales. Aunque la vivienda municipal ya se encuentra ocupada, la oferta privada puede ser una oportunidad accesible para quienes deseen asentarse en este tranquilo pueblo aragonés. Con su entorno privilegiado y ese gran potencial para nuevos proyectos, Los Fayos se posiciona como un lugar ideal para quienes buscan combinar calidad de vida con oportunidades de emprendimiento.