La lengua aragonesa deriva del latín vulgar traído por los romanos, mezclado con influencias prerromanas (vascas y celtíberas) y germánicas. Durante la Edad Media, fue la lengua del Reino de Aragón y convivió con el catalán en los territorios aragoneses del este.
El aragonés está clasificado como una lengua en peligro crítico de extinción por la UNESCO. Hoy en día, su uso se limita principalmente a comunidades del norte de Aragón, especialmente en los Pirineos (provincias de Huesca y, en menor medida, Zaragoza). Se estima que hay entre 10.000 y 30.000 hablantes activos y otros tantos con conocimiento pasivo de la lengua.
Muchas palabras que usamos hoy en día tienen su origen en el aragonés, aunque no siempre se reconozca su procedencia. Estas palabras suelen reflejar la cultura, el entorno natural y las tradiciones aragonesas. Es el caso de una palabra que seguro que escucharás el día del sorteo de la Lotería de Navidad: 'potra'.
El aragonés tuvo una fuerte presencia durante siglos, especialmente en Aragón, Navarra y zonas cercanas. Con el tiempo, al integrarse en el castellano hablado, muchas palabras y expresiones pasaron a formar parte del lenguaje cotidiano, aunque su origen aragonés se diluyó. Esto ocurrió especialmente durante los siglos en los que el castellano se consolidó como lengua predominante en la península.
La riqueza del aragonés se refleja en el vocabulario cotidiano que muchos españoles usan sin conocer su origen. Estas palabras son un ejemplo de cómo las lenguas minoritarias pueden influir y enriquecer a las lenguas más extendidas. Reconocerlas y usarlas conscientemente es una forma de valorar el patrimonio lingüístico de Aragón.
El término "potra" es una palabra coloquial ampliamente utilizada en el español, especialmente en España, para referirse a la suerte, generalmente en el contexto de un golpe de suerte inesperado o casual. Aunque su uso se ha extendido a todo el país, tiene un origen curioso y se relaciona con el aragonés y el ámbito rural.
En aragonés, "potra" originalmente hacía referencia a una yegua joven o a una cría de caballo hembra, un significado que también tiene en castellano. En los contextos rurales, este término se asociaba a la idea de algo fresco, joven, enérgico y, por tanto, afortunado o favorable.
La asociación entre "potra" y suerte puede derivar de la idea de que tener una cría de caballo sana era una señal de buena fortuna en las comunidades rurales, donde los animales eran bienes de gran valor.
Hoy en día, "potra" se utiliza en España para describir situaciones de suerte fortuita, generalmente en contextos informales. Algunos ejemplos comunes de uso:
- "¡Qué potra has tenido!": Para alguien que ha tenido suerte en algo.
- "Ganar la lotería fue pura potra": Para describir un golpe de suerte sin planificación.
- "Aprobó el examen por potra": Implica que alguien tuvo suerte, posiblemente sin esfuerzo.
El uso de "potra" como "suerte" es una muestra del impacto del aragonés y sus términos rurales en el castellano moderno. En Aragón, donde el contacto con el medio rural ha sido históricamente estrecho, términos como este pasaron al lenguaje coloquial y luego se expandieron al resto del país.
El término "potra" es un claro ejemplo de cómo el léxico rural, especialmente en regiones como Aragón, ha influido en el español cotidiano. Su asociación con la suerte y su amplia difusión reflejan el valor simbólico que ciertas palabras pueden adquirir con el tiempo. Así, "potra" no solo nos habla de fortuna, sino también del rico legado lingüístico de España.