Zaragoza
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El idioma es un reflejo de la cultura, y en Aragón, el castellano se mezcla con el aragonés y las costumbres locales para crear un repertorio lingüístico único y fascinante. Algunas palabras y expresiones son tan específicas de esta región que, fuera de ella, generan sorpresa o curiosidad. Así, mientras en el resto de España decimos “golpearse” o “hacerse una brecha”, en Aragón tienen una palabra muy especial para referirse a ese golpe en la cabeza.

En Aragón se utilizan palabras y expresiones que llaman la atención en el resto de España. Hay términos de la comunidad que poco a poco se van conociendo fuera, pero muchas otras son todavía un auténtico rompecabezas.

Por ejemplo, la palabra “cuquera”, que en Aragón se usa para referirse a una brecha o herida en la cabeza, y no es conocida en el resto de España. Este término, con un aire entrañable y algo coloquial, puede considerarse un símbolo de identidad lingüística local. 

Expresiones aragonesas

En Aragón, un día lluvioso es ideal para “chipiarse”, una forma coloquial de decir que alguien se ha empapado. Si te dicen de “ir de propio”, significa que vas expresamente a algún lugar (a propósito). Mientras tanto, si te quedas a charlar demasiado en la calle, es probable que alguien diga que estás cogiendo un “capazo”, una manera muy aragonesa de aludir a conversaciones largas e improvisadas.

Además, las expresiones visuales no faltan: en un parque infantil, un “esbarizaculos” es un tobogán, que combina la acción de resbalarse con una mención humorística al trasero. Así es como el aragonés se cuela en el lenguaje cotidiano, ofreciendo un toque entrañable y muy local.

En Aragón no solo se utilizan términos concretos, también hay refranes propios muy populares: "Oveja que bala, bocado que pierde", "Lobo que la presa no halla, come la tierra con rabia"... El refranero aragonés es muy rico, en incluso ha aportado expresiones al español.

Por ejemplo, una expresión que se utiliza en toda España es "Como Pedro por su casa", pero muy pocos saben que la frase nació en Aragón. Al principio se decía "Como Pedro por Huesca", pues hace referencia a cómo entro el monarca en la ciudad oscense en la reconquista de 1096.

Un lenguaje vivo y en evolución

Más allá de “cuquera”, Aragón conserva y renueva su idioma de formas muy diversas. De ahí que sea común escuchar frases como “me hicieron la trabanqueta” (una zancadilla) o “me di un lambrazo” (un golpe fuerte), reflejando la riqueza expresiva de su gente. Otras palabras como “co”, usada para dirigirse rápidamente a alguien (viene de chi-coooo), o “bateaguas”, para referirse al paraguas en zonas de montaña, continúan vivas en el día a día.

Aragón, con su vasto repertorio lingüístico, demuestra que el idioma no solo es una herramienta de comunicación, sino también un testimonio de la historia, la cultura y el carácter de su pueblo​.

Si vienes de visita a esta encantadora comunidad recuerda que tiene expresiones propias que pueden ser difíciles de entender, pero si tienes dudas, solo tienes que preguntar directamente, ya sabes, a los aragoneses les gustan ‘las cosas claras y el chocolate espeso’.