El 2024 llega, poco a poco, a su fin. A medio mes de que llegue fin de año, toca mentalizarse de la llegada del 2025. Nuevos propósitos, sueños e ilusiones que desarrollar en otros 356 días. Aunque, antes de todo eso, queda dar un paso muy importante que es una de las grandes tradiciones en toda España: tomarse las 12 uvas.
Esta tradición de comer una docena de uvas para dar comienzo al nuevo año es uno de los rituales más emblemáticos y esperados en España para despedir el año. A las 12 campanadas de la medianoche, miles de familias se reúnen para tomar una uva con cada uno de los últimos doce golpes del reloj, simbolizando la esperanza y los buenos deseos para el año que está por comenzar.
Costumbre del siglo XX
La costumbre se remonta al año 1895, aunque fue en 1909 cuando se establecieron como un rito popular. Según una teoría, esa costumbre comenzó a popularizarse gracias a algunos viticultores alicantinos que, al enfrentarse a una excelente cosecha de uvas, decidieron fomentar su consumo durante las campanadas de fin de año.
De este modo, lo que comenzó como una estrategia comercial se transformó con el tiempo en una de las tradiciones más queridas y esperadas por los españoles para despedir el año y dar la bienvenida al siguiente con buenos augurios.
No obstante, los últimos años no han dado tan buenos resultados en el campo. Lo asegura el frutero zaragozano Javier Gómez, dueño de Frutas Javi y Silvia, quien afirma que este año las uvas están "caras no, carísimas".
Inflación
"Debe de haber muy poca uva, por el tema de las lluvias, porque ha subido el precio muchísimo", explica. Haciendo memoria asegura que el año pasado, por estas mismas fechas, un kilo de uva valía sobre 2 euros el kilo."Este año vale cerca de 5 euros, y eso que aún quedan semanas por delante. Conforme se acerque la Navidad, me imagino que irá subiendo más", añade.
Una inflación del valor de esta fruta, debido a la demanda, para el que este frutero tiene un truco. A pesar de lo que todo el mundo piensa, esperar al último momento, a veces, sí es bueno.
Es costumbre creer que el último día del año no quedará ni una sola uva para comprar, motivo por el cual siempre es una de las primeras tareas navideñas que se llevan a cabo. Aunque, según el truco de este frutero, si el cliente espera a la víspera se ahorrará la mitad de precio, "porque el día 31 el precio de esta fruta cae", aconseja.
Al tener género para asegurar la suerte de toda España, una vez llega el último día del año, "hay que venderlo todo". Se podría decir que, este día, se convierte en todo un Black Friday de las uvas. Aunque, en este caso, es una oferta que "siempre pasa desapercibida", concluye Javier.