Plato típico de Aragón.

Plato típico de Aragón. Wikipedia

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El plato típico de Aragón que es perfecto para el invierno: muy fácil de hacer, rico en proteínas y con un sabor exquisito

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El recetario aragonés de invierno está profundamente arraigado en la tradición, con platos contundentes y reconfortantes que aprovechan los productos locales y de temporada. Estas recetas son ideales para combatir el frío característico de la región durante los meses más duros del año, y destacan por su sencillez y su sabor.

Uno de los ejemplos del recetario aragonés que no puede faltar son los fardeles, un plato tradicional de Aragón, especialmente típico de la provincia de Teruel. Se trata de una receta humilde y contundente, ideal para los fríos días de invierno, ya que aporta una buena dosis de calorías y sabor. Su origen está ligado al aprovechamiento de las matanzas del cerdo, cuando se utilizaban todas las partes del animal para elaborar platos deliciosos y prácticos.

Se trata de una especie de embutido o rollo elaborado con carne de cerdo picada (generalmente vísceras como hígado), mezclada con tocino y especias. Esta masa se envuelve en una capa de redaño (la membrana grasa que recubre las vísceras del cerdo) y se cocina, dando como resultado un manjar de sabor intenso y textura jugosa.

Los fardeles son una especialidad culinaria típica de Aragón, especialmente asociada a las comarcas rurales, donde las tradiciones de la matanza del cerdo tienen un peso significativo. Este plato, contundente y sabroso, es ideal para los meses fríos del invierno y refleja el aprovechamiento integral del cerdo, un principio básico de la cocina tradicional aragonesa.

Ingredientes

Carne de cerdo: Hígado y otras vísceras, picadas finamente.

Tocino: Aporta grasa y sabor.

Especias: Pimienta negra, ajo, perejil, y en algunas variantes, pimentón.

Redaño de cerdo: Se utiliza para envolver la mezcla.

Pan rallado (opcional): Para dar consistencia a la masa.

Paso 1

Preparación de la masa: Se pica el hígado, el tocino y las vísceras en trozos pequeños.

Paso 2

Se mezclan con ajo picado, perejil, especias y, si se desea, un poco de pan rallado para conseguir una textura más compacta.

Paso 3

Formado de los fardeles: Se toma una porción de la mezcla y se envuelve cuidadosamente en un trozo de redaño, formando pequeños paquetes o rollos.

Paso 4

Cocción: Tradicionalmente, los fardeles se freían en sartén con un poco de aceite, aunque también se pueden hornear para una versión más ligera.

Paso 5

Presentación: Se sirven calientes, acompañados de pan y, a menudo, un buen vino de la región.

En algunas zonas, los fardeles se elaboran exclusivamente con carne e hígado sin utilizar el redaño, especialmente cuando este ingrediente no está disponible. También pueden incluir un toque de vino o brandy en la mezcla para realzar el sabor.

Los fardeles tienen sus raíces en la cocina de aprovechamiento de las matanzas tradicionales del cerdo, cuando se utilizaban todas las partes del animal. Este plato surge como una forma de preservar las carnes más perecederas, como el hígado, transformándolas en un manjar sabroso que podía disfrutarse en los días posteriores a la matanza.

Los fardeles son ideales para una comida reconfortante durante el invierno. Se pueden servir como tapa acompañados de un buen vino aragonés, o como plato principal con guarniciones sencillas. También son perfectos para llevar en excursiones o comidas campestres, ya que su sabor intenso los hace irresistibles incluso fríos.

Este plato es un ejemplo perfecto de cómo las recetas tradicionales pueden combinar sencillez, sabor y un fuerte vínculo con las raíces culturales de Aragón.