Zaragoza
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Mientras se celebran las aperturas de numerosos bares, cafeterías o restaurantes en Zaragoza, también hay que lamentar el cierre de otros. Algunos con mucha historias detrás, otros de creación más reciente, pero igual de queridos.

Este el caso del restaurante Delirio, que se inauguró en septiembre de 2023 y ahora ha cerrado sus puertas de la calle Baltasar Gracián. El establecimiento ya ha clausurado definitivamente: así aparece en Google y tampoco se aceptan ya reservas en su página oficial.

No obstante, su propietario, Aldo Sorrosal, ha comunicado y contado a través de sus redes sociales (Tik Tok e Instagram) esta decisión.

Delirio llegó a Zaragoza como una apuesta innovadora, creativa y única en la ciudad. Además, muy arraigada la tierra. Y es que este restaurante estaba inspirado en Francisco de Goya, siendo los cuadros y el arte su temática. Muy bien conseguida.

Desde el propio lugar, destacaban que visitar Delirio era embarcarse en "un viaje a través del tiempo, donde la magia del arte y la gastronomía se fusionan en una experiencia única".

De esta forma, en su página web todo estaba hilado hacia ello. Su carta se describe como “un lienzo en blanco sobre el cual el genio de la gastronomía ha dejado su marca”.

Sin embargo, a pesar de su original concepto, Delirio se despide de Zaragoza. El emprendedor de negocios, Aldo Sorrosal, lo contaba este martes en un vídeo donde confesaba que “ha sido la decisión más difícil del año”.

“Dura decisión, pero cero arrepentimiento. ¿Por qué? Porque me llevo un máster en aprendizaje, el cierre de una empresa te prepara para la siguiente”, escribía el dueño en dicha publicación.

Aldo Sorrosal suele realizar vídeos sobre emprendimiento y negocios, y en este muestra el otro lado de la moneda. Bajar la persiana.

En el propio vídeo, tras repasar el inicio de ese local, justo para la pandemia y que anteriormente fue la pizzería The Moonkey’s, el zaragozano desvela los detalles de su situación actual.

“No es que fuera mal, siempre hemos tenido clientes, buena comida y un alma diferente. Pero las deudas pesaban más”, reconoce. “Llega un punto en el que tienes que preguntarte: ¿Sigo luchando o acepto la realidad?”, reflexiona Sorrosal mientras recorre partes de su establecimiento.

En definitiva, el adiós de Delirio no significa una derrota, sino un aprendizaje. Eso lo tiene muy claro este emprendedor. “Me quedo con todo lo que he aprendido”, asegura.

Sin duda, también para el público aragonés es una noticia triste, perdiendo una obra de arte, nunca mejor dicho, como eran tanto la decoración como los platos. Nacho, huevos rotos delirio, flores de alcachofas confitadas, zamburiñas, los falsos canelones, su variedad de risottos o sus deliciosos postres…

Por último, cabe mencionar que el aragonés, como propietario del Grupo Laminero, aún cuenta con otros restaurantes en la ciudad: Birabola, Zebra Coja, Kanalla, Sr. Cachopo o La Quebradora.