Las imágenes de "Kokito" Hamduch cortando cabezas en Siria le valieron el sobrenombre de "el matarife de Castillejos" y la atención expresa de los cuerpos de seguridad de medio mundo. El yihadista nacido en Marruecos ingresó en las filas del Estado Islámico en 2013, y desde entonces, se convirtió por su crueldad en uno de los referentes para el aparato de propaganda del grupo terrorista.
Junto a él, emprendió el viaje su mujer, una ceutí de 26 años llamada Asia Ahmed Mohamed, detenida este miércoles en la frontera de Turquía junto con otra yihadista. Asia contaba con una orden de detención cursada por la Audiencia Nacional, por lo que la policía turca ha procedido a su detención. Junto a ella, los agentes han localizado también a su hijo, un menor de tres años conocido entre los agentes que luchan contra el terrorismo por ser el primer hijo de españoles que nace en territorio controlado por el DAESH.
Tristemente conocidas son ya las imágenes de su marido decapitando a soldados de Bashar al-Asad en la plaza de la localidad siria de Al Atarib, a 30 kilómetros de Alepo. En agosto de 2014, el diario El País desvelaba que en su ceremonia de pedida, "Kokito" había regalado a Asia un cinturón de explosivos. Era el gesto de una vida encomendada a la violencia sin sentido, y confirmada con un matrimonio ante el tribunal de la fe del Estado Islámico.
La figura de Mohamend Hamduch crecía en las filas del DAESH igual que lo hacían sus apariciones en las redes sociales. "Kokito" pasó de ser un comerciante de Castillejo que pasaba las horas muertas en la vecina Nador a convertirse en un referente para todos aquellos que querían dar el salto desde Europa hasta los campos de entrenamiento en Siria.
Junto a él, los agentes especializados en la lucha contra el terrorismo monitorizaban los pasos de su mujer. Y confirmaron en abril de 2015 el nacimiento de su primer hijo. Hamduch no dudó en hacerse una foto con el bebé y distribuirla a sus contactos. El mismo niño que ahora ha sido localizado en Turquía junto a su madre.
Dos viudas del Estado Islámico
Siete meses después, en noviembre de 2015, los servicios de inteligencia confirmaban la noticia de que el terrorista había fallecido tras tres días de combates en Alepo. El matarife de Castillejo llegó a mandar un grupo de 200 hombres armados. Pero no fueron suficientes para mantenerle con vida. Desde entonces, Asia se convirtió en una viuda en las filas del Estado Islámico.
La yihadista española no viajaba sola en su retorno a Europa. Era acompañada por otra viuda española del DAESH, una mujer de 21 años llamada Fátima Akil, detenida junto a su hijo de tres años. Akil, también natural de Ceuta, estaba casada con el yihadista Mourad Kali, también fallecido.
Las dos arrestadas estaban siendo buscadas por la Guardia Civil desde que hace dos años, los agentes especializados en la lucha contra el terrorismo detectaron que ambas habían dejado su residencia en Ceuta con el objetivo de ingresar en el Estado Islámico. "Desde entonces habían permanecido en el epicentro del territorio controlado por el DAESH", explican fuentes del Ministerio del Interior.
A juicio de los investigadores, "el nivel de adoctrinamiento en el extremismo terrorista experimentado durante este período por las detenidas y su vinculación con miembros muy destacados y conocidos del DAESH las convierten en elementos extraordinariamente valiosos para la organización terrorista, especialmente en el entorno español y marroquí".
Las mismas fuentes destacan la importante colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles con Turquía, una de las piezas claves en la lucha contra el terrorismo por ser la principal ruta de entrada a Europa de los terroristas adoctrinados en las filas del Estado Islámico. El Ministerio del Interior confirma además que la operación ha sido posible además gracias a la información aportada por "varios servicios de información" aliados.
Desde 2015 y según datos del propio ministerio, las autoridades españolas han detenido y acusado de actividades terroristas de corte islámico a 177 personas.