'El bueno, el feo y el malo': todos los secretos que aún no has descubierto
El puente se voló tres veces, Lee Van Cleef actuaba borracho, el chico de la armónica hoy es cura en Burgos... y muchas otras claves
2 octubre, 2016 02:34Noticias relacionadas
'El Feo' (Eli Wallach) escapa de unos asesinos a sueldo por el lejano oeste a lomos de su caballo, pero es interceptado por 3 cazarrecompensas que lo derriban. Uno de ellos sostiene un cartel con su cara y le dice:
- ¿Sabes que tu cara se parece a la de uno que vale 2.000 dólares?.
- Sí, pero tú no te pareces al que los va a cobrar. - contesta de repente 'El Bueno' (Clint Eastwood) saliendo de unos arbustos, apuntando con un revólver a los tres forajidos, volando sus sombreros de tres balazos y haciéndolos huir.
Es una de las innumerables frases que ha dejado para la posteridad El bueno, el feo y el malo, el mítico film de Sergio Leone que la próxima semana será reconocido en el Western festival de Almería. El motivo: cumple 50 años.
La cinta de 1966, denostada durante mucho tiempo por críticos implacables, se ha situado por derecho propio en el olimpo del séptimo arte. En casi todas las listas de revistas especializadas de cine figura entre las mejores películas de todos los tiempos. Martin Scorsese la considera "una obra maestra de la dirección" y Quentin Tarantino la califica como su película favorita.
¿Por qué es tan especial El bueno, el feo y el malo? ¿Sabía que Clint Eastwood aborrecía los cigarrillos que fumaba? ¿Y que la película tiene el primer duelo triangular de la historia del cine? ¿O que Lee Van Cleef casi acaba con las existencias de alcohol del catering? ¿Y que para controlarlo, el director hizo venir a su hija y su mujer de Estados Unidos? ¿O que el chico que tocaba la armónica ahora es cura en un pueblo de Burgos? EL ESPAÑOL analiza algunas de las claves del western más famoso de la historia.
UN WESTERN BURGALÉS
El bueno, el feo y el malo pertenece al género conocido como 'spaghetti western'. O lo que es lo mismo, películas del oeste producidas en Italia. Los italianos, potencia cinematográfica europea durante gran parte del siglo XX, habían agotado ya las tramas de las películas de romanos, por lo que apostaron por un nuevo género. En España encontraron, por paisaje parecido a Estados Unidos y mano de obra barata, el lugar ideal para rodar.
La mayor parte de esos trabajos se rodaban en el desierto de Almería y esta no iba a ser menos. Pero para la ocasión se incorporaron nuevos exteriores: por primera vez, un western se grababa en la provincia de Burgos. Concretamente en los municipios de San Pedro de Arlanza, Santo Domingo de Silos, Covarrubias y Caranzo. Fue cosa de un empresario catalán, que le sugirió a Sergio Leone unas nuevas localizaciones. En la zona se había rodado una película llamada El valle de las espadas, protagonizada por Espartaco Santoni. Cuando Leone vio las colinas burgalesas se enamoró del emplazamiento.
EL CALVARIO DEL BUENO
La película es la tercera de la denominada 'Trilogía del dólar', que empezó con Por un puñado de dólares (1964) y continuó con La muerte tenía una precio (1965). Todas ellas están protagonizadas por un jovencísimo Clint Eastwood, que no fumaba. ¿Por qué entonces pasó a la posteridad con portar un cigarrillo en la boca precisamente en estas tres películas?
El segundo ayudante de dirección, Fabio Fava, rememora el episodio. "Sergio Leone era muy amigo de mi padre, Franco Fava, un empresario cinematográfico. Un día, el director le estaba contando que iba iba a rodar una película con un actor norteamericano hierático e inexpresivo, que tenía la cara de plomo. Fue mi padre el que le propuso. "Por qué no le pones un cigarro en la boca? Al menos le dará expresividad". Dicho y hecho. Leone le hizo caso a mi padre y aquel recurso se convirtió en una seña de identidad". El problema es que Eastwood no fumaba, aborrecía el tabaco y pasaba un calvario cada vez que tenía que dar una calada.
Eastwood no estuvo satisfecho con el planteamiento de la trama. Por primera vez en la trilogía tenía que compartir protagonismo con otros dos actores: Eli Wallach (El feo) y Lee Van Cleef (El Malo). Cuentan que cuando leyó el guión se quejó diciendo. "En la primera película fui el único protagonista. En la segunda lo compartí con otro actor. En esta tercera ya somos tres. ¿Qué haré en la próxima? ¿De séptimo de caballería?".
EL FEO AMABLE
Cuentan los que participaron en el rodaje que Eastwood era el más seco y huraño de los protagonistas. Sin embargo, Eli Wallach (El Feo) fue el más amable del reparto. Chapurreaba algo de español y se relacionaba con los trabajadores locales, haciendo gala de un carácter mucho más afable que el de su personaje: un ladrón de poca monta sin amigos ni valores, capaz de abandonar a su propia familia y dejar morir solos a sus padres.
EL MALO BORRACHO
El tercer protagonista en discordia, Lee Van Cleef (El Malo), también se mostraba tremendamente amable con todos los compañeros. Además de a su carácter, esto se debía a las cantidades casi industriales de alcohol que ingería a diario. "Los actores son muy divos y siempre imponen ciertas exigencias en los rodajes. El único requisito de Lee Van Cleef era disponer de seis cajas de cerveza durante el rodaje. Y se las bebía enteras", asegura Fava.
Aquellas tremendas ingestas de alcohol las acababan padeciendo sus compañeros de reparto: "Cuando llevaba cinco cervezas ya no controlaba sus acciones. Se ponía a rodar escenas de una pelea y acababa pegando unos golpes tan terribles que los actores se quejaban de que les estaba atizando de verdad. Pero él se disculpaba porque no lo hacía con mala intención", rememora Fava.
Cuando Van Cleef acababa de rodar, bajaba a Almería y seguía de fiesta, combinando whisky y todo el brandy de jerez que fuesen capaz de servirle. "El propio director estaba tan preocupado por el alcoholismo de Van Cleef que nos dijo que lo único que se le ocurría para parar aquello era invitar a su esposa al rodaje", cuenta Fava. Dicho y hecho. Sergio Leone hizo venir a la esposa y a la hija de Van Cliff desde Estados Unidos para asistir a la grabación. "Aquello fue mano de santo. Su consumo de alcohol se redujo a dos cervezas diarias, contando la de la comida".
UN CURA TOCANDO LA ARMÓNICA
El rodaje de la película se convirtió en un acontecimiento para los burgaleses. La productora colgó carteles por los comercios de la zona buscando extras que supiesen tocar instrumentos. y allí se presentó Domingo Contreras. En la actualidad tiene 71 años y es el cura del pueblo de Villalmanzo. En aquel entonces era un seminarista veinteañero que tocaba la armónica. "Me presenté al casting porque pedían músicos. Nos presentamos tres personas: dos chicos gordos y yo, que estaba enclencle. Ellos dos tocaban mejor que yo, pero el director del casting los descartó enseguida. Los chicos se indignaron porque eran muy buenos músicos, pero el director les explicó que necesitaban a alguien para participar en una escena de un campo de prisioneros, y que en esos sitios la gente no estaba gorda, sino famélica como yo. Y me cogieron a mí".
Así se coló Domingo en el rodaje, que sigue conservando la misma armónica de marca Seductora que llevó a aquella escena. Interpretaba a un preso que tocaba en una banda de música. Cuando 'El Malo' torturaba a algún preso, ordenaba a los músicos tocar, para que no se escuchasen los gritos. "Como era una escena dramática, el director me ordenaba que llorase. ¡Pero es que yo no podía! Como no me salían las lágrimas, alguien de maquillaje acabó acercándose a mí y poniéndome colirio en los ojos", recuerda ahora Domingo.
GITANOS HACIENDO DE MEXICANOS
Además de Domingo, centenares de españoles vieron resuelta su situación laboral durante cuatro meses con el rodaje de la película. Tanto en Burgos como en Almería, la otra provincia donde se grabaron escenas. Fava cuenta que los productores de los westerns tenían especial predilección por los gitanos, porque su tez morena les hacía más similares a los mexicanos. "Sólo había un problema, y es que los productores tenían que andar con cuidado con su picaresca, porque solían autolesionarse el penúltimo día de rodaje, para que les dieran la baja laboral y seguir cobrando durante el tiempo que fuese necesario. Eran advertidos por el personal de la productora y juraban que sí, que no se harían daño. Pero siempre había un par de ellos que se saltaban la promesa y se llegaban a romper la pierna".
En Almería se rodaron algunos exteriores de la película, como 'La misión': el hospital religioso en el que curan a Clint Eastwood tras estar a punto de fallecer en el desierto. El interior es un monasterio cerca de Burgos, pero el exterior se grabó en Almería. Es el Cortijo del Fraile, precisamente un lugar en el que Federico García Lorca ubicó uno de sus poemas más conocidos: Bodas de sangre.
Además de curas y gitanos, en la película participaron muchos jóvenes que estaban haciendo la mili en Burgos. Tanto en el papel de figurantes como construyendo infraestructuras. Franco veía con buenos ojos la producción de westerns en españa, porque su`ponía una entrada de divisas, el fomento de las actividades artísticas y la realización de películas no comprometidas ideológicamente. Por ello daba tantas facilidades para que se produjesen estas cintas en nuestro país.
EL PUENTE QUE EXPLOTÓ TRES VECES
En el caso de El bueno, el feo y el malo, los soldados españoles de reemplazo fueron los encargados de construir el puente, uno de los lugares más emblemáticos de la película. En lugar de hacer maniobras militares, a los jóvenes que estaban haciendo la mili en el Cuartel de San Marcial (Burgos) los mandaban a construir un puente que cruza el río y donde se pelean soldados yankees contra el ejército confederado. Clint Eastwood y Eli Wallach ponen explosivos y lo vuelan, en una de las escenas más recordadas... y también más difíciles de rodar.
Tuvieron que construir el puente en tres ocasiones. La primera vez, la detonación resultó muy pobre y hubo que repetir. Los militares españoles tuvieron que volver a construir el puente en un tiempo récord. Lo consiguieron y, en agradecimiento, el staff de la película decidió conceder el honor de pulsar el botón de la detonación a uno de los oficiales españoles que estaba al mando de los soldados. El hombre se puso tan nervioso que se vino arriba e hizo explotar el puente cuando las cámaras aún no estaban rodando. Sergio Leone montó en cólera e incluso despidió a algunos de los técnicos. Para calmarlo, los militares españoles le prometieron que tendrían reconstruido el puente en menos tiempo incluso que antes, a cambio de que no despidiese a nadie. Leone aceptó y los soldados cumplieron.
No fue el único incidente que dejó el puente. Como todos los grandes actores, Clint Eastwood utilizaba un doble en las escenas peligrosas. En este caso se trataba de Puppo, un especialista italiano. Tras la primera detonación (la más débil) Eastwood dudó si usarlo en esa escena. Cuando vio la segunda (mucho más potente) le entró el miedo, decidió ponerse detrás del director y dijo: "Que salga Puppo". Así, en la tercera explosión, fue el doble italiano el que interpretó la escena. La voladura del puente resultó más fuerte de lo que parecía y una piedra estuvo a punto de matar al bueno de Puppo.
EL CEMENTERIO SIN MUERTOS
Estas dos últimas anécdotas las cuenta David Alba, un burgalés de 35 años que preside la asociación Sad Hill. Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que trabaja por la recuperación de la memoria de la película. De hecho, Sad Hill es el nombre del cementerio en el que se desarrolla la última escena: el famoso duelo entre 'El Bueno', 'El Feo' y 'El Malo': "Se trata del primer duelo triangular de la historia del cine. Otra innovación. Hasta la fecha, los duelos eran lineales, entre dos personas y en línea recta. Fue Sergio Leone el que incorporó los duelos en espacios circulares. Plazas principalmente. Se dice que es una especie de homenaje al circo romano" explica Alba.
Aquel cementerio tenía 5.000 tumbas, todas ellas vacías. Y el tesoro que buscaban los tres protagonistas estaba enterrado entre la de Arch Stanton y el soldado desconocido. Tal y como acabó el rodaje, el cementerio fue destruido. El año pasado, la Asociación Sad Hill emprendió una iniciativa para reconstruir el cementerio con motivo del 50 aniversario. "Hicimos un crowfunding y hemos recibido donaciones de todas las partes del mundo. De África, Latinoamérica, Rusia..." explica David Alba, que también ha contado con algunas subvenciones oficiales. "Por 15 euros puedes tener tu tumba en el auténtico cementerio de Sad Hill. la gente nos pide que pongamos sus iniciales, el nombre de su suegra..."
El resultado ha sido la creación de un cementerio similar, con sólo 1.000 tumbas. "Invitamos a la inauguración a Clint Eastwood y Ennio Morricone (compositor de la banda sonora), que no pudieron asistir pero nos enviaron sendos vídeos agradeciendo la iniciativa".
También recibieron la invitación los miembros del grupo Metallica, que utiliza una canción de la película y la imagen del cementerio como performance de arranque de todos sus conciertos. Los músicos también declinaron la oferta pero enviaron otro vídeo de agradecimiento y confirmaron que en algún momento visitarán este cementerio. Así que tomen nota: no se sabe cuándo y probablemente no tocarán, pero en algún momento... Metallica irá a Burgos.
TOQUE A DEGÜELLO
Otra de las claves de la película fue la banda sonora: sigue siendo una de las tonadas más reconocidas de la historia del cine. Fue compuesta por el mítico Ennio Morricone, que ya se encargó de realizar la de las otras dos películas de la trilogía. Cuenta David Alba que "la canción estaba basada en el 'Toque a degüello', una marcha militar muy popular en América para cuando los soldados tenían que entrar a matar en el cuerpo a cuerpo". El mencionado 'Toque a degüello' fue un invento de los soldados musulmanes que peleaban en las cruzadas. Posteriormente fue adoptado por el ejército español y de ahí pasó a México.
En cuestiones técnicas, la película también fue pionera de algunos recursos de cámara. Es el caso de los planos. "Hasta entonces, ningún director había osado a saltarse las normas del cine norteamericano que decían que no se podía pasar de un plano general a un primer plano sin pasar primero por la transición de un plano medio. Leone fue el primer en saltarse ese paso, en un recurso que hoy se utiliza muy a menudo, incluso en las retransmisiones deportivas", cuenta Alba.
Pero sobre todo, El bueno, el feo y el malo es distinta porque rompe con los cánones existentes hasta le fecha en cuestiones morales. "Veníamos de los westerns de John Wayne, un tipo intachable y honesto, incapaz de disparar por la espalda. En esta película vemos a tres pícaros, capaces dejar tirado a un compañero, de hacer trampas para sobrevivir y para hacerse ricos", resume el fundador de la asociación Sad Hill.
Con esta película, Sergio Leone se dejó de idealismos y reflejó de forma más fiel el auténtico salvaje oeste; ese en el que la única norma era la superviviencia. Ese mundo que, como le dijo Clint Eastwood a Eli Wallach en la última escena de la película, "se divide en dos categorías: los que tienen el revolver cargado y los que cavan. Y tú cavas".