Víctor de la Serna, el periodista que valía por tres
Se impregnó de la cultura neoyorquina, desde el jazz al baloncesto, de la gastronomía a los medios de comunicación, y acabó especializándose en las calles de Madrid. Todos serían los grandes temas de su carrera, ya fuera bajo su firma o la de sus históricos seudónimos, Fernando Point y Vicente Salaner.