Por Jorge Juan Morante López, @JJMorante, politólogo
Después de los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre, con un Congreso más plural la opción más factible, para no ir a unas elecciones anticipadas el año que viene, es un gobierno del Partido Popular (PP) en minoría, facilitado por la abstención del PSOE y de Ciudadanos (C’s).
Con el 100 % de los votos escrutados para el Congreso de los Diputados, el PP sería la fuerza política más votada con 123 escaños. La segunda fuerza política sería el PSOE con 90 escaños. Podemos sería la tercera fuerza política con 69 escaños. El resto de fuerzas que obtienen representación son: C’s, 40 escaños; Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), 9; Democracia y Libertad (la nueva Convergencia), 8; PNV, 6; Izquierda Unida (IU), 2; Bildu, 2; y Coalición Canaria, 1.
En el Senado, con el 99,90 % de los votos escrutados, el PP conseguiría la mayoría absoluta con 124 escaños de los 208 que componen el Senado. El PSOE obtiene 47 senadores. Podemos consigue 16. ERC, Democracia y Libertad y PNV consiguen 6 cada uno. Cambio, Coalición Canaria y Agrupación Socialista de Gomera consiguen 1 cada uno. Este resultado permite al PP desde el Senado vetar cualquier ley que venga desde el Congreso que no sea de su agrado, lo que requiere de mayoría absoluta en el Congreso para levantar el veto.
Una coalición de izquierdas para desbancar al PP sería muy complicada, por un lado porque el PSOE (90), no conseguiría la mayoría absoluta aunque sumase fuerzas con Podemos (69), ERC (9) e IU (2). Necesitaría la abstención de Convergencia o el PNV, lo que supondría conllevar un precio muy alto para el PSOE y al no sumar mayoría absoluta no tiene garantizado poder levantar posibles vetos del Senado. Por otro lado es poco probable que obtuviesen el apoyo de C’s ya que se han manifestado en contra de facilitar o apoyar un gobierno con Podemos.
Esto facilita la posibilidad de que la fuerza política más votada, el PP, pueda gobernar en minoría. Es poco probable que el PSOE o C’s apoye un gobierno del PP en la primera sesión de investidura, tanto porque llevaría romper su promesa de no apoyar al PP, sin embargo si ambas se abstuviesen podrían facilitar la investidura y obligar al PP a consensuar todas las políticas con ellos, lo que sería menos costoso para el PSOE y C’s ante su electorado y podrían conseguir cumplir parte de su programa llegando a acuerdos con el PP.
Tras los resultados de las Elecciones Generales de 2015 está claro que el mandato de la ciudadanía es que todas las fuerzas políticas se dediquen a escuchar y dialogar por el bien del país y abandonen las imposiciones partidistas de las legislaturas de mayoría absoluta, porque si no se llegan a acuerdos volveremos a tener elecciones el año que viene y ante un resultado incierto pocas fuerzas políticas van a querer arriesgarse a repetir las elecciones.