Por César Sampedro Sánchez, Doctor en Historia
Lo dijo Felipe González allá por el año 93, creo que fue en un mitin de Utrera: “PP y IU, lo mismo es”. Miren si han pasado los años y vuelven las mismas tácticas, la misma historia, quizás reciclada en forma de nuevos actores. Lo que digo no es el algo que yo me invente, no lo viví en primera persona, entre otras cosas por razones de edad, pero está ahí en las hemerotecas, incluso en los libros. Algunos como el de Julio Anguita El tiempo y la memoria (La Esfera) detallan con todo detalle está operación. El ex coordinador de Izquierda Unida relata detalladamente las votaciones en las que IU coincidió con el PP: "La pinza sirvió para abrir un camino de daños muy importantes en IU, cuyas consecuencias no se han cerrado todavía, en gran parte debido a la posición de sus dirigentes, que se achantan cuando alguien les amenaza con rescatar el asunto de la perversa pinza".
Por otro lado, documentados periodistas, como Iñaki Gabilondo y Soledad Gallego Díaz, que vivieron aquella época de bronca política, con el diario “váyase señor González” de Aznar replicado por sus medios afines, coinciden estos días en señalar una operación similar contra el candidato socialista Pedro Sánchez. Y para no hablar de teorías conspirativas y evitar la subjetividad que siempre puede transmitir un periodista por muy ducho, veterano y maestro que sea, recurriremos a la objetividad indiscutible de los hechos. ¿Por qué Pablo Iglesias se empeñó en el debate a cuatro en atacar al candidato socialista, tanto o más que a la representante popular (no candidata) con medias verdades o falacias sobre su asesor económico, recitando una retahíla de exministros socialistas, antes que valorar o censurar la de los del actual gobierno?
Podríamos concluir que esto se debe a una simple estrategia, como también la tiene Rivera de pescar en caladero ajeno, donde sabemos que a río revuelto cunden las ganancias de nuevos pescadores. Mucho más respeto, en mi opinión, deberían haber demostrado estos dos candidatos, tanto Iglesias como Rivera, para con quien hasta ahora, de forma más o menos acertada, ha ejercido de jefe de la oposición con representación parlamentaria: hasta el día 20, y a partir de ese día hablaremos, que yo sepa de momento ellos no la tienen, ni Podemos ni Ciudadanos cuentan todavía con representantes en el Congreso. Por lo tanto, estamos hablando de una política construida en base a encuestas, a opinadores y a la inclinación de los medios de comunicación, en el algún caso, sobre todo en el ámbito televisivo, de un partidismo descarado.
Menos mal que en esta campaña electoral sale Alfonso Guerra, quizás la voz con más experiencia en el ámbito (en el año 79, cuando apenas existía este campo en España creó su propio instituto de estudio demoscópico) a decir lo que claramente en opinión de muchos está ocurriendo: “el PSOE sabe que pelea con una mano atada la espalda". “Pedro Sánchez tiene muchas posibilidades de triunfar el 20 de diciembre, a pesar de que hay mucha intoxicación con los sondeos y con algunos debates que se organizan con ciertas ventajas para otros”.
En conclusión, no podemos concluir de todos los datos anteriores que exista una pinza PP-Podemos. Sin embargo, si resulta claro que Podemos vive mucho mejor si el PSOE no existe, porque en realidad, y esto si lo ha manifestado Iglesias, Podemos quiere ser el PSOE de los años venideros. Ocupar su espacio como ya ha hecho con el de Izquierda Unida. Tampoco podemos afirmar que haya habido una reunión secreta del PP, Ciudadanos y Podemos para fijar en común a quién hay que azuzar, pero es evidente que el PSOE es en estos momentos el enemigo común a batir en una batalla que se desenvuelve esta semana. Los votantes estarán algo más informados si conocen estos intereses.