Por Maria Luz Simon Gonzalez
Todos los tiranos que en el mundo han sido buscan la manipulación de esas mentes maleables que son los niños. El miedo, el terror provocará en el niño un comportamiento evitativo que favorecerá la asunción de lo que el tirano quiera promover en él. No es mal menor perturbar la inocencia infantil como invocara Jesús. Repudiamos instintivamente el daño físico y psicológico a los niños porque es agredir lo más puro que conservamos de nuestra vida y, como progenitores, vemos en ello un afán de destruir a nuestros propios hijos.
No podemos perdonar fácilmente que el Ayuntamiento de Madrid se empeñe en ese daño a la infancia, en ese interés en generar en nuestros hijos el mismo odio y afán de venganza que tienen en sus mentes. Hablar de errores es demasiado banal para este ataque persistente. Nadie puede creerse que fue casual el anuncio de un espectáculo de títeres como para todos los públicos, cuando se iban a representar grotescas imágenes de asesinatos. Nadie puede creerse que unos titiriteros no vean que entre su público hay niños ni que un espectáculo de títeres atraiga, sin un anuncio explícito, a los adultos antes que a los niños.
Pero no podemos olvidar, sin embargo, que la prisión no se dicta por ese gravísimo ataque a los niños, se dicta por enaltecimiento del terrorismo. Y ahí dicen los titiriteros de profesión y afición, coreados por las/los Colaudictos, que se saca de contexto, que la pancarta alabando a ETA y Al-Qaeda está incluida en el texto como una parte más y no porque se apoye a estas organizaciones. La pancarta se le coloca a la bruja de la historia para que el policía tenga la excusa para detenerla. Este es el gran aplauso que hacen del terrorismo. La idea de la paranoia más radical es pensar que el gran enemigo es el estado, el nuestro y cualquier estado que no sea de su agrado, con el de Estados Unidos e Israel a la cabeza. Su gran apoyo al terrorismo lo hacen aportando todo lujo de detalles que demuestran que todos los grandes atentados terroristas son ataques de falsa bandera. Los terroristas, según ellos, no son malos, son “gentes”, “pueblos” oprimidos que se defienden de estos estados asesinos. Hasta el propio “Estado Islámico” es un producto financiado para fomentar la necesidad de protección que las personas invocan de sus estados, consiguiendo con ello el control de toda la población.
La función contratada por Carmena y Celia Mayer que, dicho sea de paso costó 23.000 €, explicándonos que no sabían claramente el contenido, es un ataque directo a nuestro estado y a todos los que luchamos cada día por vivir trabajando por una sociedad más justa y libre, pagando nuestros impuestos y reclamando por ello un gobierno que gestione nuestro dinero sin corrupción ni corruptores y sin titiriteros fuera de contexto.