Por Mario Martín Lucas

La configuración del arco parlamentario español, tras las elecciones del 20-D pasado, con cuatro fuerzas políticas, cuya suma de minorías alcanza los 322 escaños, es decir el 92% de los diputados, hace imposible no ya que únicamente un partido político por sí mismo pueda formar Gobierno, sino que tampoco lo pueda conseguir cualquier agrupación de dos dentro de la misma base sociopolítica. Esto obliga a que la mayoría que pudiera conseguir gobernar estuviera sustentada, por activa o por pasiva, por tres de esos cuatro partidos políticos. Esto significa que detrás de todos los debates cruzados a lo largo del pleno de investidura al que se sometió Pedro Sánchez, lo que hay por decidir, realmente es quién será el jefe de la oposición parlamentaria. Los candidatos se reducen a dos, o bien Pablo Iglesias, de Podemos, suponiendo que se articulara una mayoría modelo “gran coalición” (PP, PSOE y Ciudadanos) ya veríamos si con el Sr. Rajoy o sin él, o bien el actual presidente en funciones, o por quien fuera sustituido, como jefe de la oposición de un “gobierno de cambio”, en el que, aunque parece difícil, encontraran acomodo PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Visto lo visto en el debate de ayer, no parece que esa figura de jefe, casi único, de oposición parlamentaria, le viniera incómoda ni a Pablo Iglesias ni a Mariano Rajoy -o a su posible recambio-, el primero lo podría ver como una inmejorable plataforma para el diseño del “asalto al poder” y el segundo contaría con la gran herramienta que supone la mayoría parlamentaria de la que el PP goza en el Senado, lo cual dificultaría mucho el desarrollo legislativo de las nuevas medidas del futuro Gobierno.

Pedro Sánchez repitió ayer hasta la saciedad que la actual composición parlamentaria no cuenta con una mayoría de izquierdas, lo cual tiene que ver con su negativa a contar con ninguno de los votos, ni en positivo, ni vía abstención, que pudieran aportar “ERC” o “DyL” –antigua CDC-, lo cual deja en más evidencia el argumento de que cualquier mayoría, como suma de minorías, necesita a tres de los cuatro partidos políticos que agrupan el 92% del Congreso.

Más allá de la foto del efusivo beso de Pablo Iglesias para felicitar a Xavier Domenech tras su primera intervención en la tribuna del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, el debate de ayer se recordará por dos novedades, que no eran tan esperadas. Por un lado la dureza con la que Pablo Iglesias se dirigió especialmente al PSOE (referencias a la “cal” y a Felipe González, y a la diferencia entre lo que suele decir y luego hacer, etc…) pero también, y en este caso de forma personal, a Albert Rivera, no sabemos si para dejar claras sus “fronteras” o para condicionar el futuro de los 50 días que restan hasta el 2 mayo, con un tono, general y formal, quizás más acelerado para alguien de su control de la comunicación. Pero otra novedad importante fue la referencia directa del líder de Ciudadanos al PP, de que con el Sr. Rajoy no se puede ir a ningún sitio, más alto se puede decir, pero más claro no, lo que supuso el mayor dardo político que recibió el presidente en funciones en el incómodo papel en el que se le vio durante la investidura de quien aspira, aún, a sucederle.

Todos los analistas políticos parecen coincidir en el pronóstico de nuevas elecciones para el 26 de junio, pero personalmente sigo pensando que lo que vemos hoy, no es exactamente lo que hay tras este proceso. Más allá de que tampoco logre Pedro Sánchez la investidura en la votación del cinco de marzo, quedan más de cincuenta días para que ‘Las Cortes’ sean disueltas y se convoquen nuevas elecciones ante la no formación de nuevo Gobierno y me animo a pronosticar que, como pasó tras las elecciones catalanas, el plazo se agotará hasta el último minuto pero se cantará “eureka” y, finalmente, veremos a tres de esos partidos alcanzando un acuerdo de mínimos, entre votos afirmativos y abstenciones; habrá un presidente de Gobierno y también un líder de la oposición, y éste lo será, casi, en solitario.

Colabora con el blog

Forma parte de los contenidos del Blog del Suscriptor
Escribir un artículo