Por Carlos Sánchez de Roda

Tras el terrible atentado de Bruselas, es seguro que no aparece ningún automóvil vacío que luego, ya en sede policial, aparece cargado de componentes de artefactos explosivos y de elementos de prueba.

Tampoco van a aparecer cintas de vídeo reivindicativas en ninguna papelera. No se va a detener a ningún comerciante indio, ni a ningún confidente policial como cabecilla del atentado.

Es seguro que las muestras con trazas de explosivo se llevan a analizar al laboratorio mejor dotado para ello, que muy pronto se sabrá la naturaleza exacta del explosivo utilizado y que no se tardará tres años en saber cuáles son los componentes de esos explosivos encontrados en el único análisis efectuado.

Podemos estar seguros de que no aparecerá de pronto en ninguna comisaría ninguna mochila bomba de 15 kilos de peso mezclada con los enseres de los viajeros del metro.

Y no habrá ningún comisario general que, tras efectuar una llamada telefónica, diga a los artificieros que no es necesario evacuar las viviendas próximas al lugar en el que se va desactivar una mochila bomba.

Con toda seguridad, el vagón de metro que ha sufrido la explosión no va a ser destruido dentro de pocos días, sin que aún se sepan todas las características del artefacto utilizado. Tampoco será reparado guardando en secreto el material retirado y próximo al foco de explosión, ni será conservado en secreto ese material durante 9 años, ni será visitado clandestinamente por unos policías investigadores que no dan cuenta de su visita ni de la existencia de ese material.

Es seguro que los restos del foco de explosión del metro no serán finalmente entregados a los ladrones en un lugar vigilado por la policía.

Podemos asegurar que si dentro de tres años una de las partes en las causa pide la investigación del vagón del metro explotado, el juez no cogerá el teléfono para preguntar a la compañía del metro qué ha sido de ese vehículo.

No podemos dudar de que, si las víctimas no tienen restos de metralla, no aparecerán por primera vez, casi dos años después del atentado, clavos y tornillos entre las muestras recogidas de las explosiones, los cuales no habían existido para ninguna de las periciales efectuadas hasta entonces. Y si se recoge metralla en los focos, es seguro que las muestras de esa metralla serán siempre las mismas en las distintas periciales, y que no se transformarán misteriosamente entre dos periciales consecutivas.

Es seguro que no se detiene y condena a un autor de la masacre sobre la única base de las declaraciones incompatibles entre sí de tres testigos, alguno de los cuales logra importantes beneficios personales tras hacer el reconocimiento un año después del atentado.

No, nada de eso ocurrirá en Bruselas, eso es privativo de España, algo que sólo pudo ocurrir en la investigación policial y judicial del 11-M.

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