Por Carlos Sánchez de Roda
En julio de 2009, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11M interpuso una querella contra el Jefe de la Unidad TEDAX el 11-M, comisario Sánchez Manzano, y contra la perito del laboratorio Tedax, por encubrimiento, falso testimonio y omisión del deber de perseguir delitos.
En la querella, instruida por la juez Coro Cillán, testificaron importantes e inéditos testigos. La juez Cillán fue después inhabilitada por asuntos ajenos a la instrucción. Y ahora, 7 años después, la propia Asociación AAV11M ha anunciado que la Audiencia Provincial ha desestimado su recurso de apelación para la reapertura del procedimiento, o sea, la Audiencia Provincial considera que no hay nada que investigar, que son normales los siguientes hechos seleccionados entre otros del mismo tenor:
- No existe o se ha mantenido oculto el obligado inventario de las muestras recogidas por los Tedax de S. Manzano en 11 focos de explosiones que asesinaron a 192 personas.
- Varios testigos judiciales agentes del comisario S. Manzano afirmaron que recogieron numerosas muestras en todos los focos, incluso tierras del suelo y algodones impregnados con agua y acetona, tierras y algodones desaparecidos sin que se sepa su destino ni si alguien los analizó.
- Las muestras que se salvaron fueron escasas, y de algún foco no quedó nada. Parece que los Tedax de S, Manzano perdieron numerosas muestras y que incluso de algún foco perdieron todas.
- Las muestras se analizaron en el laboratorio Tedax de S. Manzano con un resultado oficial tan detallado como es: “componentes de dinamita”.
- A pesar de las grandes carencias de esos resultados y de las normas establecidas de enviar las muestras al laboratorio mucho mejor dotado de la Policía Científica, la comisaría de S. Manzano sólo lo cumplió con una muestra que no había sufrido explosión alguna.
- La perito del laboratorio del comisario S. Manzano no comunicó la naturaleza de esos misteriosos componentes de la dinamita hasta 3 años después, cuando hubo que sacárselos “a tirones” en el juicio. Como documento del análisis sólo presentó unas hojas manuscritas e ininteligibles.
- No existe o está oculta el acta de los análisis del laboratorio de S. Manzano con el inventario y fotografías de las muestras analizadas. No existe por tanto su cadena de custodia, y de ahí parten las dudas posteriores sobre la identidad de esas muestras.
- En 5 informes periciales sobre la metralla recogida en todos los trenes, efectuados por peritos del comisario S. Manzano. sólo se citó un único clavo como componente de esa metralla. Cuando en diciembre de 2005 el juez pidió la comparación de la metralla de la mochila de Vallecas con la de los trenes, surgió de la nada todo un muestrario de clavos y tornillos procedentes al parecer de casi todos los focos, metralla que no existía para ninguna de las periciales anteriores.
- Las muestras fotografiadas por los peritos de S. Manzano en la pericial de diciembre de 2005 fueron de nuevo fotografiadas durante el juicio en la pericial realizada en el laboratorio de la Policía Científica en mayo de 2007. Pues bien, las muestras habían cambiado entre ambas periciales, hay grandes diferencias entre las fotos tomadas en una y otra ocasión a las teóricamente mismas muestras, que habían estado almacenadas en las instalaciones del comisario S. Manzano. En el sumario no hay acta de su entrega a la Policía Científica, no hay datos de quién, cómo y cuándo realizó esa entrega.
- En la desactivación de la mochila de Vallecas, se tomaron fotos con una cámara de un agente de la Policía Científica, el cual fue conminado a entregar el carrete a un agente del comisario S. Manzano. Nunca se ha vuelto a saber nada de esas fotos. Oficialmente no existe fotografía alguna de esa desactivación.
De todo ello hay una responsabilidad evidente del comisario Sánchez Manzano. Bajo su jurisdicción se realizó todo lo relacionado con las muestras recogidas en los trenes. Agentes a sus órdenes fueron los primeros en entrar en los trenes, y seleccionar las muestras más adecuadas; eligieron y llevaron a su laboratorio las muestras que fueron sometidas a análisis químicos, análisis que fueron realizados por una perito también a sus órdenes; almacenaron después esas muestras en instalaciones bajo su jurisdicción y se ocuparon de custodiarlas y seleccionar y recoger entre ellas las necesarias para las distintas periciales ordenadas por el juez Del Olmo; desactivaron, fotografiaron e hicieron desaparecer las fotos de la mochila de Vallecas; realizaron las periciales, redactaron los correspondientes informes y firmaron las actas.
Todo ello fue supervisado por el propio Sánchez Manzano, que designó a los peritos autores de cada pericial, dio el visto bueno, con su firma a las actas de las periciales y de los análisis químicos, firmó los escritos de envío al juzgado e incluso redactó y firmó él mismo, en solitario, dos de los informes enviados al juzgado.