Por Sigfrido Samet

Sánchez se entrevistó con Rajoy y, como había anunciado, se negó a apoyarlo “por activa o por pasiva”. Su motivación es que “son partidos opuestos”. La oposición consiste en que ambos compiten por el Poder. Porque no se puede imaginar partidos más similares que PP y PSOE.

Los iguala la corrupción (que no es “individual”, sino creada por las cúpulas partidarias, primero para financiar el partido, y luego para financiarse los dirigentes). Además Rajoy siguió fielmente el camino trazado por Zapatero: liberó etarras, no derogó la siniestra ley de “Memoria Histórica”, no reformó la Ley Electoral (para que los diputados respondan a sus electores y no a las cúpulas, lo que fundamenta la corrupción), etc. La total semejanza de esos partidos, su “monopartidismo” alternante, es lo que hizo posible y necesaria la aparición de Ciudadanos y de Podemos.

Como el PSOE pasará a la oposición, y para ello tiene que haber Gobierno, no se entiende por qué, aún sin tener otra alternativa, no permite la investidura de Rajoy. Permítaseme una hipótesis: Sánchez odia a Rajoy por haber dado impulso a Podemos en sus comienzos, con el deliberado propósito de que este acabara con el PSOE. Estuvo a punto de lograrlo (el famoso sorpasso) y sigue latente.

C’s, en cambio, hace hincapié en la corrupción, para no dar el sí a Rajoy ni a su camarilla. Pero la corrupción es sólo la punta del iceberg; otras razones figuran en el primer párrafo, y hay muchísimas más. Por ejemplo, la economía, buque insignia de Rajoy. Como no se achicó el aparato del Estado (se sigue manteniendo un millón de empleados innecesarios), hubo que aumentar los impuestos. Algunos impuestos fueron recientemente bajados, para crear un clima preelectoral de holgura y lograr más votos.

Pero la deuda aumenta y cuando haya Gobierno sufriremos un considerable aumento de los impuestos. Y eso, a pesar de que tuvimos la suerte de que el precio del petróleo bajara drásticamente y los intereses del dinero bajaran a cero (o incluso negativos).

Si Rajoy se marcha y es reemplazado por alguien no comprometido, es muy probable que C’s vote sí y entre a formar parte del Gobierno. Y en tal caso, al PSOE no le quedaría más remedio que abstenerse. En 24 horas tendríamos Gobierno.

Es hora de abandonar los antiguos motes de “izquierda” y “derecha”, que no son categorías políticas. Los políticos pueden ser constitucionalistas o anti constitucionalistas, mentirosos o veraces, violentos o racionales, corruptos o honestos, etc: muchas y grandes diferencias. Hoy faltan políticos como Churchill. Gran Bretaña y la humanidad le están agradecidas por su conducción durante la guerra. Vuelta la paz, los ingleses prescindieron de él, porque querían que la política de guerra, la férrea conducción del Estado hacia un objetivo único, se mantuviera en tiempo de paz en lugar de que cada uno eligiera sus objetivos.

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