Por Miguel Cabrera Jarén

Ni que decir tiene que las decisiones públicas que adopta la dirección del PSOE en cada momento afecta a todo el partido y a la opinión pública en general. Ante el reciente desafío secesionista del Parlament catalán, mientras el gobierno llamaba a los partidos a la unidad, el PSOE por boca de Pedro Sánchez llamaba a los grupos políticos para «reconstruir los puentes de diálogo y la fraternidad en la búsqueda de una solución política», bonitas palabras, mientras daba alas a los separatistas al insistir fuera de lugar en la necesidad de acometer la reforma de la Constitución para avanzar hacia un modelo federal.

No entiendo qué puente de diálogo quiere reconstruir, Sánchez, ni que reforma de la Constitución puede acometer cuando es incapaz ni tan siquiera de acordar algo con el PP. “La izquierda no va a apoyar a la derecha”. Rajoy le ha propuesto a Sánchez negociar sobre los 8 puntos que aprobó el Comité Federal del PSOE, negociar sobre el programa del PP y el acuerdo al que llegaron Ciudadanos y PSOE, o conformar un Gobierno de Gran Coalición. Después de decirle que no a todo, Sánchez sale más preocupado de la reunión porque Rajoy “no le ha concretado si se va a someter a la investidura”. Está más obsesionado en ver a Rajoy perder la investidura, porque él la perdió al ser incapaz de aglutinar a la izquierda, que en solucionar los problemas que tiene este país.

¡Qué fácil es decir: si ni tú ni yo somos capaces de formar gobierno, porque no sumamos mayorías y ninguno queremos ceder, vamos a las terceras elecciones sin más pérdida de tiempo, y no mareemos más la perdiz!

Pero, ¿a que está jugando Sánchez? El PSOE tiene un problema grave con su principal dirigente. Sánchez tiene al partido en un callejón sin salida. Ni se abstiene para que gobierne Rajoy, ni quiere formar gobierno con Rajoy, ni con Podemos, aunque estos últimos estén deseando, ni quiere elecciones anticipadas. Ni habla claro. Hasta Errejón le ha dicho que deje de decir cosas incompatibles.

Lo que no se es si los que mandan en el partido apoyan estas decisiones que parecen llevar al PP a una mayoría absoluta en unas próximas elecciones, o son tan ingenuos como su líder que va derrochando las ganancias cada vez que hay que tomar una decisión un poquito compleja. El sueño de un gobierno PSOE-Podemos-Ciudadanos que todavía sueñan muchos no deja de ser eso después del 20D, lo mismo que el abandono de Rajoy después de ser el ganador indiscutible del 26J.

Los ciudadanos no somos autómatas todos todavía, por mucho que cacemos pokémon por las calles. Y las elecciones son cada vez más impredecibles como se está demostrando últimamente. El aumento del voto por correo, por si no lo han pensado, también puede ser un rechazo a asistir a ese colegio electoral donde cada vez que depositamos el voto vemos a todos esos representantes de partidos que tan hastiados nos tienen. Si además pusiesen el voto por Internet serían muchísimos más los que no pisarían los colegios.

Lo que estamos viendo es que Sánchez “ni come, ni deja comer”. Cuando se dice una cosa y se hace otra llega un momento en que no te hacen caso. Y lo que parece que anda buscando, y puede que lo consiga es que en unas terceras elecciones los españoles pasen definitivamente de él.

Por favor, dejad de una vez las batallitas de desgaste del contrario que aquí el único que se desgasta y sufre es el pueblo español en su conjunto y poneos de acuerdo por lo menos en hacer las terceras elecciones lo antes posible. A ver si por lo menos sois capaces de eso.

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