Por: Miguel Ángel Villalba Saéz
A vueltas con el bloqueo político que padecemos, me he acordado de una obra de Isaac Asimov. Para los que no son amantes de la Ciencia Ficción o no han leído nunca al autor citado he de ponerles en antecedentes.
En la obra de Asimov aparecen continuamente las tres leyes de la robótica, inventadas por él mismo imagino que con la finalidad de presentar a los androides como seres nada peligrosos para la humanidad. A saber:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Sin embargo en uno de sus relatos cortos, Círculo vicioso, estas tres leyes provocan un conflicto que paso a resumir.
“Con el fin de cumplir una misión de vital importancia se envía a un planeta lejano una pequeña delegación compuesta de dos seres humanos y varios robots para que les ayuden en la tarea encomendada ya que el planeta presenta diferentes peligros para los primeros.
Cada robot tiene unas cualidades que los hacen idóneos para una función determinada por lo que deciden enviar a uno de estos robots a recoger el selenio que necesitan a un pozo donde lo hay en abundancia.
Pero el robot no regresa y deben ir a buscarlo, encontrándolo dando vueltas en círculo alrededor del pozo, en el cual se detecta una emisión de gases que pueden perjudicar los circuitos del androide.
Tras elucubrar sobre las posibles causas de tal comportamiento llegan a la conclusión de que dos de las tres leyes de la robótica han entrado en conflicto.
El robot, al detectar el peligro se auto protege alejándose del pozo, (en esta ocasión, además, la ley número tres se había reforzado por ser un robot muy valioso). Pero entonces recuerda que tiene una orden específica (ley número dos) y vuelve a intentar acabar la misión, encontrándose con este dilema repetidamente y entrando en un círculo vicioso del que no sabe salir.”
Extrapolándolo a la actual situación española, así nos encontramos: dando vueltas en círculo porque alguno de los que tenían la misión de ganar las elecciones han visto un peligro para su propia existencia política en el hecho de no haberlo conseguido. Y ahí andan, erráticos, buscando soluciones imposibles que eviten lo inevitable: que se ponga en entredicho la idoneidad de su liderazgo.
En el cuento de Asimov, uno de los protagonistas humanos fuerza la primera ley de la robótica poniendo su propia vida en peligro de forma premeditada, con lo que el robot finalmente reacciona y sale de su círculo para salvarlo.
España está en riesgo. Las personas están en riesgo por el desgobierno, pero hay un candidato, especialmente uno, que lejos de reaccionar sigue pensando solamente en su interés, altamente reforzado por un ego que raya lo esperpéntico.
Isaac Asimov, un científico visionario al que llamaban el Julio Verne del siglo XX, denominó al robot que entró en conflicto como SPD-13. No quiero pensar que sea Sanchez,PeDro y 13 el número de elecciones que va a provocar.
(PD: Al relato corto de Isaac Asimov Circulo Vicioso se puede acceder libremente en Internet).