Por Anna-Clara Martínez
El PSOE, Sánchez y Ferraz se han salido del guión y han eclipsado toda la actualidad política, o casi toda, hasta el punto que han sido pocos los medios que han recogido en sus titulares o portadas la moción de confianza a la que se sometía el President de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Si bien es cierto que Puigdemont ya sabía que iba a ser respaldado por JxSí y la CUP, pues la formación anticapitalista ya hacía semanas que había anunciado su apoyo, no es menos cierto que el President esperaba ser el epicentro de la actualidad política. De hecho, la elección de la fecha para someterse a la moción de confianza no era casual: el mismo mes en que se celebraba la Diada, y los motores independentistas volvían a estar encendidos, y justo cuando se cumplía un año del plazo de 18 meses marcado en la hoja de ruta hacia la Catalunya independiente.
Sin embargo, las expectativas de CDC y de sus socios se han visto frustradas. Sánchez y la batalla interna en el PSOE han desplazado por completo una de las noticias estrella de la jornada: la primera cuestión de confianza que tenía lugar en el Parlament de Catalunya.
En cuanto al resto, sin novedades. El Pleno del Parlament fue reiterativo y cada Grupo Parlamentario defendió sus tesis y argumentos habituales. Eso sí, una vez más, la CUP ha actuado como elemento subordinador, siendo uno de los principales focos de atención de la cuestión de confianza y desplazando a CDC del núcleo central, tal y como ya ha sucedido en ocasiones anteriores -en la investidura de Puigdemont o en la votación de los presupuestos-. Y, esto no acaba aquí, el futuro otorga una mayor relevancia a la formación anticapitalista, pues todavía quedan por negociar las cuentas y los presupuestos del 2017. Si algo está claro es que la CUP marcará y condicionará la ruta que debe seguir JxSí.