Por Fernando Medina Donoso

Querido americano: Aquí un amigo español. No hispano, sino Europeo. Entiendo tu sorpresa. Sé que vuestro sistema educativo comporta una concepción de la Geografía e Historia muy concentrada en vuestra realidad territorial, algo que, por cierto, también ocurre en algunas regiones de mi país (pero eso te lo explicaré en otra carta). Admito y no me molesta que para ti yo venga de un mundo tan exterior que no sepas ni el punto cardinal en que me hallo. Tranquilo. No estamos cerca de Corea del Norte aunque en parte, en mi país, algunos ideológicamente sí lo estén de Venezuela (pero eso también merece otra carta).

Te escribo porque estoy algo preocupado. No hago más que leer multitud de medios que me cuentan que muchos de tus paisanos, probablemente tú mismo, habéis hecho gala de un irresponsable comportamiento contrario al civismo y al espíritu democrático al elegir Presidente a un xenófobo, misógino, populista y no preparado individuo, a un self made man que no procede de la clase política, y sin experiencia de Gobierno. Orange is the new Black, decís, “el Naranja es el nuevo Negro” (aquí tenemos otro al que llamamos naranjito, más amable que el vuestro pero que ya empieza a mostrarse más falso que un billete del monopoly). Pues todos esos medios repiten hasta la saciedad que deberíais haber sido más proselitistas y dar vuestro voto a la afable, cercana, pura y casta Hillary.

¿Y por qué no lo habéis hecho? ¡Con lo que Obama y Hillary han hecho por vosotros y por la humanidad!. Eso nos venden quienes quieren dirigir la opinión que (según ellos) todos debiéramos tener. Y aunque sólo por sana curiosidad yo también me lo pregunto: ¿Por qué habéis roto todos los pronósticos? ¿y por qué ello debería ser tan malo? Quizá estemos un poco nerviosos, porque, aunque nos llamamos europeos muchos no queremos ser europeos, o porque mientras presumimos de solidarios no admitimos a inmigrantes necesitados. Aquí hablamos mucho pero tenemos políticos que defienden regímenes enemigos de vuestro nuevo denostado Presidente, aún utilizando sus mismos argumentos e incluso pronunciando sus mismas frases sobre la grandeza del país, el orgullo del pueblo, o la protección de la economía y de las fronteras.

Y es que somos muy nuestros. Perdonamos la corrupción, cosa que vosotros ya habéis demostrado que no. Nuestros partidos son férreas dictaduras, mientras que en los Estados Unidos cada representante debe pelear todos los días por quien le ha elegido, y no por mantener la poltrona y quedar bien con los jefes. ¿Que qué pasa en España con la mayoría silenciosa? Esa vale menos que la moneda burundesa. Parece que en el mundo libre no os la dan con queso. Enhorabuena por ello.

Vuestras (y nuestras) casas de apuestas, de encuestas, medios, voceros y celebrities no han bastado para animar al pueblo a dar la victoria al establishment. Y ahora nos cuentan que tenemos que estar asustados, compungidos, porque la Democracia ha vuelto a fallar como una escopeta de feria.

¿Pero sabes que te digo? Que yo no me asusto. Ni me escandalizo por los tres millones de futuros deportados que promete tu nuevo líder (aclaremos, ilegales y con antecedentes penales), porque entre otras cosas Obama ya ha pasado de los dos millones y nadie se ha coscado; ni por el muro ese que parece quiere construir. Aquí ya lo tenemos desde hace tiempo. ¿Sabías que aquí la gente muere a millares en el Mediterráneo o el Atlántico, bastante más peligrosos que la frontera mexicana? Ya ves, eso nos parece asumible. Además, siempre tendremos alguna ONG que eleve nuestro nivel de solidaridad a un ranking aceptable. ¿Y lo del colonialismo americano? Nosotros tenemos territorios en África e incluso apoyamos algún que otro dictadorzuelo.

Mientras os tachamos de paletos, comulgamos con ruedas de molino y no castigamos políticamente ni al tato. Frente a vuestros checks and balances nosotros tenemos aforados. Mientras tus mandatarios no pueden mangonear, aquí si no mangoneas eres tonto del bote. Nosotros sólo aceptamos la representatividad de la mayoría absoluta y la de los caciquismos, y no precisamente en ese orden.

Sé que lo de Trump no es cosa sólo de rednecks, de latinos o afroamericanos traidores, o de mujeres marimachos. Lo que ha salido de las urnas quizá no sea lo mejor para tu país, y tú lo sabes, pero sí ha sido un voto de confianza para una alternativa al buenismo anti liberal que dominó los últimos ocho años y que según os parece ya apesta. Vuestra elección, sin ser muy de mi agrado por el personaje que representa el sujeto, no ha sido ni siquiera un voto de castigo, sino un voto democrático en un país donde confiáis con razón en que la Separación de Poderes está tan bien articulada que hasta Kim Yong-un podría ser un buen gobernante gracias a vuestro sistema de control. Me alegro de que le hayáis dado un buen zasca a las predicciones teledirigidas. A ver si aprendemos todos lo que es Democracia real. Ahora, a controlar a la bestia.

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