Por César Massó (monitor de esgrima) @cesar_masso
El 24 de Noviembre se publicaba el artículo La Tizona del Cid vuelve a los marqueses de Falces, al que es necesario hacer un par de puntualizaciones. Como profesor de esgrima me encuentro frecuentemente con los mismos mitos y leyendas alrededor del mundo de la esgrima, la espada y el combate marcial. No ha mucho escribía otro artículo, Tendencias de esgrima, dónde aclaraba otros conceptos erróneos relacionados con este deporte y la visión limitada que existe sobre el mismo. En este caso el artículo sobre la espada del Cid ahonda sobre otros dos aspectos frecuentemente mitificados.
Por una parte el término mandoble, “el mandoble fue vendido por…” está usado en este caso de forma incorrecta. Si bien es cierto que la actual denominación de los distintos tipos de espada que han existido a lo largo de la historia obedece a la necesidad de diferenciación y clasificación propia de los siglos XX y XXI, el término general que se usaba para llamar a una espada es: espada. Los romanos llamaban espada al gladius (gladius no es más que espada en latín, pero nosotros hemos decidido no traducir este término para así poder diferenciarla de otros tipos de espada).
En la Baja Edad Media se denominada espada a lo que ahora se conoce como espada vikinga (término por otra parte erróneo ya que no era usada ni mucho menos sólo por los vikingos) para diferenciarla de la espada medieval o arming sword de la Alta Edad Media. En el siglo XVI se denominaba espada a la que hoy conocemos como espada de punta y corte, transicional entre la espada medieval y la espada ropera (que también se conocía simplemente como espada).
Así y todo, el término mandoble puede hacer referencia a una espada que se usaba con las dos manos (man doble, mano doble), que en España se denominaba montante, en Alemania zweihänder y en Escocia claymore (aunque este término se generalizó para definir cualquier espada escocesa). Una espada con un peso que oscilaba entre los 2 y los 3 kilogramos aproximadamente y con una envergadura superior al metro y medio. Por otro lado el término mandoble se usa también para definir al golpe realizado sólo con la muñeca (doblar la mano, como lo define don Gerónimo de Carrnaza en su De la Filosofía de las Armas y de su Destreza y la Aggression y Defensa Cristiana publicado en 1582). La espada del Cid es simplemente una espada, o espada medieval de una mano si se quiere ser más específico.
Por otra parte el artículo en cuestión ahonda sobre el mito de la utilidad de la acanaladura de la hoja: “el acero tiene un pequeño canal en el centro de su hoja para que la muerte de los alcanzados por ella fuera más rápida gracias a la introducción de aire en la herida”. Ese canal no se usaba para que entrase aire en la herida, ni para que saliese la sangre más rápido (este mito se conoce en inglés como blood groove). Esa acanaladura se realiza simplemente porque permite restar peso al arma, lo que hace su manejo más fácil y rápido, sin que pierda fuerza y resistencia su estructura. La manera más sencilla de observarlo es ver dónde está situada la acanaladura, en la mitad de la hoja más cercana al puño. Es decir, que para que esta acanaladura permitiese que entrar aire en la herida o que la sangre saliese milagrosamente a borbotones de la herida gracias a la misma, se tendría que haber introducido 40 centímetros de espada dentro del rival para, por lo menos, llegar a esa acanaladura. Llegados a este punto, el daño que puede hacer el aire en una herida es nimio en comparación con la herida misma. Por otra parte ese efecto de acelerar la muerte del rival por el hecho de que entre aire en la herida no es real. De otra forma los quirófanos en los hospitales estarían en vacío y los cirujanos y enfermeras tendrían que operar usando máscaras de oxígeno, y cualquiera estaría condenado a la más horrible de las muertes si se cortase en la cocina pelando una cebolla.
Me permito el lujo de terminar este artículo al igual que lo hice con el anterior. Animándoles a hacer deporte y si el deporte que eligen es la esgrima verán que no sólo es muy completo, con el que se lo pasarán realmente bien, sino que aprenderán además para que servían las acanaladuras en las espadas o que es un mandoble.