Me llama poderosamente la atención como estos días que está en boca de todos el caso del padre de la niña Nadia con una enfermedad rara y que presuntamente se apropió de ayudas ajenas mediante engaño .esto mismo ya define lo que significa estafa-.

Todos en general y sin excepción estamos de acuerdo en que lo que presuntamente se intuye que hizo el padre de Nadia es delito; seguramente estafa. Porque ha pedido dinero para un uso al que finalmente todo parece indicar que no era el que se publicitada (engaño) y se destinó presuntamente al lucro personal.

Me surge la idea de repente de que comparándolo con lo que hace el Estado, creo que lo de éste último es todavía peor si cabe. Pero no existe tal unidad de pensamiento en esto, ¿por qué será? ¿Se encarga acaso el Estado en educarnos para que así sea?

Tal vez esta idea en principio parezca un poco exagerada, pero analicémoslo de forma objetiva -olvídense por unos momentos de sus prejuicios acerca del Estado-. El Estado no pide que le entregues voluntariamente tu dinero, como lo hicieron los padres de Nadia; sino que te lo sustrae coactivamente sin preguntarte y protegido por las leyes que él mismo crea para ello.

Además, el uso que hará de tu dinero tampoco está nada claro. Simplemente uno espera que hagan de él un buen uso en aras del "interés general" -mucho ojo porque aquí hay miga ya que es un concepto muy subjetivo, y puede que lo que para unos sea interés general, para otros no lo sea-. A cambio uno espera recibir una serie de servicios públicos que no ha pedido y que puede que no use jamás o al final acabe usándolos por aquello de que si al menos he de pagarlo lo voy a usar.

En cuanto al modo de conseguir el dinero por parte del padre de Nadia y del Estado, éste último es mucho más injusto y dudoso de legitimidad moral, en la medida en que no requiere la aceptación de la persona que entrega parte de su dinero al Estado. Cuando esto se produce -te obligo a que me entregues tu dinero- perfectamente podríamos llamarlo robo, o como suele llamarse cuando lo hace el Estado: expropiación, que sería el término en este caso con el que el ladrón legaliza su delito.

En la segunda parte: ¿a qué se destina ese dinero que has entregado (caso Nadia u otros) o te han quitado (Estado)? Es donde está el delito del padre de Nadia (engaño y por lo tanto, estafa).

¿Pero acaso no nos engaña el Estado cuándo nos quita nuestro dinero para ofrecernos una pensión digna, o una justicia digna, seguridad ciudadana, Sanidad de calidad, educación de calidad, etc.?

Por lo tanto también podría considerarse estafa en la medida que cualquier persona que haya pagado impuestos, sienta que su dinero no ha sido empleado para lo que se le prometió. Es decir, en el caso del Estado al delito de robo habría que añadir el de estafa. Pero no se preocupen porque el Estado ya se ha preocupado de que ni usted ni yo podamos denunciar tal cosa, ya que jamás le firmarán un contrato que les comprometa legalmente en sus obligaciones -en cambio usted sin saberlo ha firmado el suyo y tiene obligaciones para con el Estado que jamás nadie le pidió asumir, y cuyo precio ni has podido negociar-.

Por lo tanto podríamos afirmar que el Estado podría cometer robo y estafa sin que nada suceda y siendo aceptado por todos y legalizado. En el caso del padre de Nadia estaremos ante presunta estafa y todos lo vemos bastante claro de confirmarse que el uso del dinero recaudad no iba destinado exclusivamente al tratamiento de la niña Nadia.

Huelga decir que este artículo no pretende justificar ni minimizar el delito de estafa que presuntamente haya cometido el padre de Nadia. Sino poner el acento en cómo nos han programado años y años para dar por hecha la bondad del Estado y no poner en duda jamás su labor sea cual sea. Creemos que el Estado todo lo hará por nuestro bien y estamos dispuestos a asumir el precio que nos pongan.

Concluyo con un breve extracto del libro la ley de Frédéric Bastiat que creo que define muy bien lo comentado: "Es mucho lo que falta para que la ley esté limitada a su función. (...) Ésta ha puesto la fuerza colectiva al servicio de aquellos que quieren explotar, sin riesgo y sin escrúpulos, la Persona, la Libertad o la Propiedad de otros; ha convertido la Expoliación en Derecho, para protegerla, y la legítima defensa en crimen, para castigarla".

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