Don Pablo Iglesias, el aprendiz de brujo, funambulista, trapecista, acróbata, equilibrista, saltimbanqui, volatinero, manifiesta, con tono de solapada humildad, que PODEMOS no puede caminar solo. Necesita de todas las minúsculas y esparcidas agrupaciones de intereses partidistas para poder crecer y ser alguien.

Don Pablo Iglesias, el menor, suplica con hipócrita fervor la unión de todos: solos no podemos.

Escucharle y contemplarle en diversos programas televisivos es como asistir, como espectador, a cualquiera de las obras picarescas de nuestros clásicos.

Por fin aparece una pizca de honradez, aunque sea ficticia, para reconocer que los 71 escaños conseguidos son gracias al fraude electoral que consiste en acudir en coalición con multitud de agrupaciones, mareas, compromís, ahoras, etc., etc.

Si cada una de esas agrupaciones políticas hubiera acudido a las elecciones de forma individualizada con sus propuestas ideológicas, en aplicación de las Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y con el sistema de la Ley de D'hondt, ¿Cuántos escaños hubieran conseguido de forma individualizada?

La aplicación del sistema D’hondt en coaliciones preelectorales es jugar con las cartas marcadas.

La honradez política exige que las coaliciones se hagan en base a los apoyos entre aquellos grupos parlamentarios que han conseguido sus escaños de forma individualizada.

Lo que ha hecho UNIDOS PODEMOS es tener derecho a todas las prebendas asignadas a los partidos según los escaños conseguidos... A UNIDOS PODEMOS no le interesaba mucho la defensa de las coaliciones ideológicas pues simplemente eran meras herramientas.

Don Pablo Iglesias, por fin, lo ha reconocido: PODEMOS no puede solo, porque, repartidos los beneficios y prebendas, cada cual defiende lo suyo.

Colabora con el blog

Forma parte de los contenidos del Blog del Suscriptor
Escribir un artículo