Vista Alegre 2 ha servido a Pablo Iglesias para llenarse la boca con un concepto, “LA TRANSVERSALIDAD”, utilizado en la mayoría de los casos como sistema o estrategia electoralista consistente en difuminar la ideología con el único objeto de ganarse el voto mediano, simplista y necesitado.
La transversalidad lanza a la hoguera los conceptos clásicos de izquierda-derecha, posicionándose en un púlpito de ofertas al gusto del consumidor.
La transversalidad, concepto, seguramente, desconocido por la mayoría de los militantes de Podemos, es la herramienta comúnmente utilizada por los partidos “escoba”, que consiguen los votos a base de posiciones ambiguas y engañosas para la las bases de distintos espectros políticos.
La transversalidad es el famoso “cajón de sastre” donde meter todo aquello que no está bien definido y donde guardar todo tipo de ideas de forma desordenada y confusa.
La transversalidad, la palabra más empleada por Pablo Iglesias en Vista Alegre 2, es, con toda seguridad, la palabra menos comprendida y más engañosa políticamente de todo el discurso de Podemos.
La realidad tiene muchas caras, sí, pero todas son claras y precisas.
La economía, la definen los catalanes, los andaluces, los gallegos y el resto de los hispanos: “la pela es la pela” y no entiende de transversalidades.