Dice Vargas LLosa: "No había amenazas así en España contra periodistas desde la Transición" . Me sorprende la afirmación porque le creí libre de pecado, pero veo que con los años el Nobel -como yo- ha perdido vista, oído y memoria. Y lo lamento.

Olvida el escritor de Pantaleón y las Visitadoras que la nuestra es una profesión a quien la democracia y el bipartidismo prostituyó hasta caer en lo más bajo. Lo sabe bien porque vivió de cerca la Transición y conoce a sus valedores y miserias. Me apena que olvide.

De conocerse la verdad de cuánto se ha cocido en las redacciones y partidos políticos durante los últimos cuarenta años se alzarían en armas los prostíbulos por competencia desleal.

La libertad y la democracia no resultaron ser el binomio perfecto después de años de dictadura y Torquemadas a los que se sorteaba con astucia e inteligencia. ¿Qué ha pasado desde entonces en este oficio de contar historias ajenas para terminar controlados por gobiernos, partidos y empresarios sin escrúpulos que utilizan los medios para influir, por no decir chantajear al enemigo? Gobiernos que gratificaron a mediocres parlanchines que respaldaron sus políticas con sillones de la Academia o tertulias bien pagadas en radio y televisión, direcciones de comunicación o consejerías de Comunidades a títeres con pluma, pero castigando con el olvido a quien osó cruzar la delgada línea entre la obediencia y la responsabilidad. Periodistas con y sin tirantes a los que la APM (Asociación de la Prensa de Madrid) ignora con premeditación en su denuncia.

No logro entender los motivos de la protesta de la APM contra Podemos porque -aun asumiendo que sean ciertas las amenazas a periodistas- no estamos en periodo electoral, y entendiendo que la coacción forma parte del riesgo que asumimos en este oficio, rompe la sagrada norma del periodismo al no aportar las pruebas con las que la formación del gran líder Iglesias coacciona a quienes no tragan con el ideario completo del partido; pero repugna que calle ante las coacciones y amenazas que los demás partidos políticos han venido ejerciendo desde Larra hasta Pedro J. Me apena la denuncia por cuanto hay de connivencia con el poder.

Temo que el resultado final que se proponía doña Victoria Prego, presidenta de la APM, ha sido el contrario al esperado, resucitando el modus operandi de quienes han ejercido el poder durante los últimos cuarenta años de democracia desde Felipe González a Mariano Rajoy. Como tantos otros colegas he visto y sufrido las consecuencias de ejercer el oficio de periodista bajo las órdenes de comisarios políticos que silenciaban, callaban o manipulaban la información para favorecer al gobierno de turno o a una corona desleal bajo la disculpa de ideales… aunque en realidad escondían la esperanza de labrarse un futuro prometedor en el partido, en el gobierno o en la empresa privada. Las puertas giratorias también han girado con vigor con periodistas sin escrúpulos. Lo achaco a la condición humana y a la innegable fragilidad de un oficio digno de Visitadoras.

Somos un país pequeño con una tasa de nacimientos muy baja que -sin darnos cuenta- nos ha hecho viejos y sufrimos del mal de la amnesia, una enfermedad que en ocasiones nos hace olvidar solo lo que duele. El drama es que llegado a este punto ya no sé a quien creer.

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