"En lo profundo de Louisiana, cerca de Nueva Orleans. En el camino de vuelta, entre los árboles de hoja perenne, hay una cabaña hecha de tierra y madera, donde vive un chico de pueblo llamado Johnny B. Good que nunca en su vida aprendió a leer y a escribir, pero que podía tocar la guitarra como quien toca una campana. Go, Johny, go, Johny, go...".
Nos ha dejado Chuck Berry, uno de los padres negros del Rock&Roll. Nos quedan Little Richard y Lerry Lew Lewis. Trump y Putin bailan juntos al son de un nuevo orden mundial que se avecina muy agitado. Los polos de la Guerra Fría se han invertido.
En España suenan ritmos de política interna en los partidos. El calor de la militancia, en este caso socialista, llena los actos de Pedro Sánchez, como si de un concierto de Rock se tratara. Guerra tenía a los "descamisados" y Sánchez a los militantes, que pagan sus autobuses y contribuyen al crowdfounding como quien espera ver a los Rolling Stones. Susana Díaz se anunciara este domingo en un acto con cargos públicos. El aparato en marcha. El PSOE debe o debería buscar el voto fugado de los jóvenes y las clases medias empobrecidas por la crisis, si quiere volver a ser el PSOE. Y cerrar el departamento de perder las elecciones. Pablo Iglesias quiere imitar el lenguaje rufianesco en el Congreso. Una manera poco habilidosa de poner el foco mediático sobre Rajoy.
Errejón es a Podemos lo que Sánchez al PSOE: el camino del entendimiento entre una izquierda transversal. Sin embargo, Pablo ha quedado derrotado como lo fueron los mencheviques de 1917 o minoritarios. Los estibadores desafían a Rajoy como Marlon Brando a sus jefes gansteriles en la célebre Ley del Silencio de Elia Kazan. Por primera vez desde 1979, el Gobierno ha visto como un decreto-ley ha sido paralizado y devuelto en el Congreso. El toro ha sido devuelto al corral. El decreto de liberalización no puede ser la panacea que actúe contra los derechos adquiridos de los trabajadores.
Una cosa es el corporativismo franquista y otra distinta la precarización laboral. Trabajadores precarizados contra trabajadores "privilegiados". Rivera sigue en su viaje el centro que no pudo encontrar ni san Adolfo Suárez. Mas y Homs se arrugan ante los tribunales, ya no son lo héroes del independentismo, señalan a la sociedad civil como responsable organizadora del 9-N: parece que el Govern puso las urnas por casualidad. El caso Palau es el pecado original del nacionalismo catalán. Ximo Puig debe decidir entre Díaz o el Corredor Mediterráneo. Tenemos que decirlo claro: los intereses de la nostra terra son más importante que los intercongresuales. Echávarri acaba de aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Alicante con la abstención de la otrora repudiada supertránsfuga Belmonte y del Phileas Phogg alicantino.Go, Johnny, Go. Johnny B. Goode.