Opinión

Homo Feriantibus hispalense

Una mirada a la Feria de Sevilla

Una mirada a la Feria de Sevilla

  1. Opinión
  2. Blog del suscriptor

Comienza la Feria de Abril sevillana. Año tras año todos nos preparamos para lucir nuestras mejores galas en el momento culmen del celo humano hispalense. La preparación para este evento se remonta a semanas e incluso meses antes. Hombres y mujeres atestan los gimnasios y las páginas de dietas para llegar al Real luciendo el mejor aspecto físico posible.

Si separamos al homo feriantibus por sexos, como en casi todo, la mujer es la más obligada a sufrir una preparación física que la fiesta y el ritual de apareamiento consiguiente le imponen. La vestimenta oficial de la hembra feriantibus se compone de un pesado vestido en el que se embute obviando las necesidades fisiológicas que nuestra raza nos impone. Tras entrar en ese ajustadísimo tejido, tiene que subirse a unos altos zapatos y hacerse un peinado que, en muchas ocasiones, afecta a la ubicación original de las cejas. Por último, ha de ponerse maquillaje en cantidades industriales y colocarse una serie infinita de adornos que la elevan al estatus de flamenca. El conocimiento del baile típico en la mujer se da por supuesto.

El macho de homo feriantibus lo tiene más sencillo. Si consigue meterse en las americanas ultraceñidas y de diversos colores del año anterior y tiene pelo para hacerse el peinado engominado patrás, su estatus de feriante está garantizado. Además, para ser alguien en el ritual de apareamiento ferial, el hombre ha de entrenar diversos aspectos de su comportamiento, entre ellos cómo colocar con clase entre los dedos la copita de esa extraña y dulce bebida llamada rebujito, cómo moverse lo justo para resultar un bailarín atractivo y de vez en cuando soltar un cante jondo que te eleve al olimpo de los flamencos.

Una vez en el Real (el campo donde se desatan las hostilidades) comienzan las luchas de territorio de unos y otros por conseguir entrar en los acotados espacios donde se les permite ejecutar sus danzas de apareamiento. Si eres un macho o hembra afortunada, tienes reservado un sitio en uno de esos pequeños espacios, si no, tienes que luchar titánicamente por procurarte uno de esos espacios.

Las oportunidades de éxito son muy altas, pues cientos de miles de personas se agolpan en un espacio reducidísimo.

Si en condiciones normales la vida es un ritual de apareamiento constante, en la Feria de Sevilla se hace fiesta.

¡Viva la Feria!