El rugby es un deporte violento jugado por caballeros. Es un dicho legendario de esta disciplina. El choque y contacto entre los contendientes es habitual, formando parte del juego. Quien ve por primera vez un encuentro se fascina del aguante de los jugadores. El fútbol se denomina como deporte rey en España. Un golpe entre jugadores llega a suponer un show de espasmos y caras de dolor. Mi abuelo Jacinto decía:

-Ahora salen con agua milagrosa... -efectivamente, el lesionado corre cual gacela por la sabana... y era sólo agua.

El juego del oval, ya que su balón tiene forma semejante al melón, tiene reglas muy estrictas. El principio de respeto entre jugadores; luego con el árbitro. Pese a la dureza, las diversas faltas entre los contendientes, cualquier decisión del árbitro es tomada como dogma de fe. Puede llamar la atención por la dureza, un contacto irregular o cualquier infracción. Acuden el capitán del equipo y el jugador; al árbitro explica la jugada y la sanción. Incluso apercibe de una expulsión si se persiste en esa actitud antirreglamentaria. Nadie más acude a esa reunión; ninguno se queja, nadie grita al árbitro. ¡Oigan, parece un juego muy civilizado!

Una de las fechas anuales es la cita con el Torneo Europeo Seis Naciones. Antes eran cinco, pero se unió Italia a la competición entre Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda y Francia. Se trata de un espectáculo digno de ver, qué digo ver, admirar es más correcto afirmar. Campos llenos de aficionados sin separación entre ellos, sean de unos colores u otros, de una procedencia o diferente, ya que el respeto y educación es norma fundamental.

Los equipos al completo forman junto con el equipo arbitral antes del partido. Suenan los himnos nacionales y cantan o permanecen en un respetuoso silencio si es tu nación o no. ¿Vieron una forma más educada de comenzar un encuentro deportivo? Allí, entre música y letra, nadie silba, ninguno pita y menos abuchea. Islas Británicas, Francia, Península Itálica, todos el mismo respeto al contrario, la misma veneración por sus colores. Al final del partido, se juega el tercer tiempo: cervezas entre aficionados comentando el encuentro.

Mi familia proviene de Cigales (Valladolid), un pueblo a 12 kilómetros de la capital. Nuestra ciudad es famosa por varios aspectos: frío, hay unas heladas en invierno tremendas; humedad, el río Pisuerga -pasa por el casco urbano y en conversaciones- proporciona unas nieblas de una o dos semanas de duración sin ver la estrella solar; vino, somos la provincia con cinco Denominaciones de Origen de España. Personas ilustres nacieron aquí o fueron vecinos años atrás: Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes Saavedra o José Zorrilla entre muchos. Hay otros, cuya procedencia se atribuye a la localidad, y algunos que optaron por renegar de su ciudad de nacimiento:

-El asno es de donde pace y no de donde nace...

Valladolid cuenta con dos de los mejores equipos de la Península Ibérica en rugby: El Salvador -Chami o colegio por su origen- y Valladolid Rugby Asociación Club "VRAC" -VRAC o Quesos Entrepinares por su patrocinador histórico-. Digo bien la referencia geográfica, ya que hemos sido campeones de División de Honor en España y Copa Ibérica con el campeón correspondiente del país vecino.

El año pasado se celebró una fiesta en el Estadio de Fútbol Nuevo José Zorrilla donde se jugó la final de la Copa de Su Majestad el Rey de rugby. Me daba igual el resultado, porque tengo mi cariño dividido por dos. Se pudo disfrutar de una auténtica fiesta del deporte, un respeto absoluto entre ambas aficiones. Su Majestad escuchó el himno de España en todo su esplendor. De hecho, pese a ser llamado el "Estadio de la Pulmonía" hubo un sol brillante y una temperatura ciertamente primaveral. Un día magnífico.

Este año se ha repetido el campo de juego; uno de los dos aspirantes fue El Salvador -Chami-. Se recibió a U.E. Santboiana, equipo procedente de Cataluña, reino de España. Se preveía un duro partido, ya que los dos equipos estaban bastante parejos.

Un juego, un deporte donde debería imperar la caballerosidad y el respeto, se ha vuelto a teñir con un sonido estridente, asqueroso y proveniente de patanes. El rugby estaba alejado de esa pésima educación. La afición procedente de Cataluña profería gritos y abucheos mientras el himno nacional de España sonaba en homenaje a todos. ¿Todos? Sí, porque ellos participan de la competición presidida por el Rey de España; porque ellos son españoles; porque el mínimo respeto al rival comienza por el himno y bandera. Los vallisoletanos aplaudían, anulando ese detalle.

Una idea: próxima competición deportiva, donde una afición identificada, profiera gritos, insultos, abucheos al himno, bandera, Rey o su representante, se eliminará por cinco años, cinco, consecutivos a dicho equipo, además de perder el encuentro. Si no vienen educados de casa, aprendan de fuera.

Hemos de frenar ya esa asquerosa moda. ¿Saben otro país con hechos similares?

Colabora con el blog

Forma parte de los contenidos del Blog del Suscriptor
Escribir un artículo