La jugada de Karim Benzema frente al Atlético quedará para siempre en la retina de los aficionados. Si el fútbol es eficacia y belleza, el francés acumuló en esa jugada todo por lo que merece la pena pagar una entrada. Gozó de precisión a una gran velocidad y frente a tres de los mejores defensores de Europa. Tuvo ingenio, pues este sólo aparece cuando apenas quedan soluciones. Y tuvo belleza, con unos pasos propios de un bailarín más que de un futbolista.
Con la jugada inventada por Benzema y finalizada por Isco, dos de los mayores talentos de la plantilla, el Real Madrid jugará el próximo 3 de junio su decimoquinta final de la Copa de Europa ante la Juventus de Turín. No será un duelo cualquiera. Al margen de la rivalidad histórica entre dos entidades de una jerarquía incuestionable, se enfrentarán el equipo con más finales ganadas (Real Madrid, 12 de 14) frente al equipo con más derrotas (Juventus, 2 de 8). Ante sí, el club blanco tiene el reto de revalidar el título logrado ante el Atlético de Madrid el año pasado en Milán, algo que no ha logrado nadie desde la denominación de la antigua Copa de Europa como Liga de Campeones.
No le resultó fácil al cuadro de Zidane pasar a la final. Pese a cuajar una actuación perfecta ante el equipo de Simeone en la ida (3-0), los blancos se vieron contra las cuerdas nada más saltar al césped. A los 16 minutos de juego ya se encontraba con un 2-0 en contra en el marcador. Curiosamente, cuando más se podía esperar un tembleque de piernas por parte de los blancos, emergió el mejor Madrid. Mientras los rojiblancos prefirieron guardar fuerzas a la espera del estacazo final, los blancos se mostraron más serenos al borde del abismo que cuando contaban con una notable ventaja en la eliminatoria.
Desde el penalti de Griezmann, el Madrid logró imponer su autoridad en todas las parcelas del campo. Emergió Isco, sensacional en este final de temporada, y a su lado Modric y Kroos volvieron a reivindicar su posición como líderes del mediocampo mundial. Pocos son capaces de hacer sombra a los dos volantes blancos.
El partido de vuelta en el Calderón pasará a la historia por ser la última cita europea del feudo rojiblanco pero sobre todo por una jugada de genio de Karim Benzema que quedará para la eternidad. Decía Benito Floro que un alto porcentaje de goles nacen de un saque de banda, por lo que en sus entrenamientos dedicaba muchas horas a ensayarlo. Así nació una obra de arte, que será recordada junto a ese taconazo de Redondo en Old Trafford camino de la octava.
Ronaldo se apresuró a sacar rápido de banda como si intuyera que en ese momento había que darle el balón a Benzema. El francés, en ocasiones distraído, siempre indescifrable, amagó con ir hacia dentro y en la finta descartó a Savic. Su acción fue tan imprevisible como temeraria. Con su maniobra se fue encerrando, retándose a sí mismo frente a la línea de fondo, siempre con la pelota cosida a su bota. Como un trilero, escondió el balón frente a los tres hombres más fiables del Atlético y dejó embobado a medio mundo en una maniobra que define al astro francés.
Su milagro le llegó al Madrid en el momento preciso. Con el agua al cuello, aprovechó que el Atlético había plegado alas a la espera de recuperar energías para mandar un zarpazo de genio. Una jugada sólo al alcance de un talento como el suyo. Tan importante es la ejecución como la idea. Pocos jugadores imaginan salir de ahí de esa manera. “Es un balón en profundidad. Estoy un poco solo y de repente vienen tres defensores hacia mí. Después lo intento y sucede. No me como la cabeza. Así que cojo bien la pelota y encuentro a mi compañero Kroos. Eso relanzó al equipo”, afirmó el francés.
Un jugador al que siempre le acompaña su condición de pecho frío. “Benzema es una víctima de esa consagración del coraje y de la intensidad cuando sus armas futbolísticas tienen que ver con la imaginación, el freno, el amague, la precisión…Aquello que ha hecho grande al fútbol”, afirmaba Jorge Valdano en una entrevista. Y le secundaba Zidane en la previa ante el Sevilla. “Yo no he esperado al partido del Atlético para ver lo que es Karim. Le conozco desde hace tiempo y sé qué gran jugador es. Se le pide que haga muchos goles, pero me interesa más lo que hace con sus compañeros, cómo se asocia...”. Si la cosa se pone fea en el césped, llamen a Karim.