Andaba yo pensando en el PSOE y en su serie de catastróficas desdichas, poniendo mi mirada en el más maléfico y cómico de todos los que aspiran a liderar una formación a la deriva si nada lo evita.

Hablo de Pedro Sánchez, que bien podría ser el Jim Carrey de la película. El Conde Olaf de la formación "socialista" y "obrera". Un orador innato que arrasa en la captación de militantes, aunque no tanto en los votos del resto de España. Véase los resultados del PSOE durante su etapa como secretario general.

Al otro lado del ring, Susana Díaz. Un nuevo tránsfuga del PSOE andaluz que escala posiciones y que quiere devolver al socialismo el partido que fundó Pablo Iglesias y que destrozó Pablo Iglesias. Las cosas de la historia.

Siguiendo con los símiles del boxeo, por no seguir con la película de Brad Silberling, turno del arbitro de la pelea: Patxi López. Quizá el más cuerdo y visionario. Ya lo dijo en una entrevista a El Español: "No hay debate, nos estamos matando entre nosotros".

Entre tanto, los demás partidos, jugadores de un ring que ven ganada la pelea sin ni siquiera verse salpicados por la sangre socialista derramada, ya cuentan los votos tránsfugas que del PSOE se fueron y que nadie sabe si volverán.

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