En álgebra, el signo X a menudo se utiliza para representar una cantidad desconocida o variable. Del mismo modo, en inglés, la X también representa lo desconocido, como en los Rayos X, que tanto desconcertaron a su descubridor.

En plena campaña del Impuesto sobre el IRPF, la Iglesia Católica ofrece a los contribuyentes la X para marcarla en la casilla de su Asignación tributaria o a otros fines sociales. Hay que recordar que se pueden marcar ambos destinos, y que en ningún caso pagamos más ni nos devuelven menos.

La X de la Iglesia no es una incógnita, algo desconocido; la Conferencia Episcopal Española desde hace años presenta la Memoria de Actividades donde se publica con claridad a qué se dedica el dinero de la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta. Desde el año 2011 todos estos datos reciben el aval de una de las cuatro auditoras mayores del mundo: Price Waterhouse Coopers sobre el destino de los recursos obtenidos por la Iglesia a través de la X a favor de la Iglesia en la Declaración de la Renta. Los datos de cada año se pueden examinar aquí.

De acuerdo con los datos facilitados por la Conferencia Episcopal Española, el año pasado (campaña de la Renta 2015) en más de 7,3 millones de declaraciones se marcó la X a favor de la Iglesia. Este gesto, "libre y voluntario" de los contribuyentes según destaca la CEE, reportó a la institución algo más de 249 millones de euros. Con respecto al año anterior, de acuerdo con las mismas fuentes, aumentó el número de contribuyentes que optaron por seleccionar esta casilla, pero esto no se tradujo en un aumento de la inyección de dinero, ya que los fondos enviados por el Estado se vieron mermados en alrededor de 1,1 millones de euros. Donde más se marca la casilla del IRPF es en Castilla La Mancha, Extremadura o Murcia. Informa también de que el 60% que marca la casilla de la Iglesia católica, marca también la de a “otros fines”.

De este modo, la Iglesia ya no recibe cantidades con cargo a los Presupuestos Generales del Estado para su sostenimiento básico, sino que los ciudadanos que lo deseen pueden decidir que el 0,7% de su contribución se destine a las necesidades de la Iglesia, marcando la X a favor de la Iglesia católica en su declaración de la renta. Este hecho es de una gran importancia puesto que, de este modo, el sostenimiento de la Iglesia depende exclusivamente de las aportaciones de los fieles a través de las distintas formas establecidas para ello (IRPF, donativos, etc.).

La Iglesia mantiene 68 diócesis, 23.098 parroquias, 18.813 sacerdotes, 865 monasterios, 41.974 religiosos, 801 asilos, 264 guarderías, 2.600 centros educativos, 68 hospitales y, entre otros, 57 ambulatorios. La retribución del clero es signo de austeridad: el sueldo de un obispo es 1.250€.

En cuanto a Cáritas en el 2016 la partida manejada ascendió a 27,6 millones de euros, que se destinaron a 33 programas sociales repartidos por todo el país y del que se beneficiaron 424.814 personas en situación de dificultad social. Al mismo tiempo, como Confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en España, Cáritas recibe también apoyo financiero tanto de la Conferencia Episcopal Española como de las 70 Diócesis españolas, parte de cuyo sostenimiento procede de las aportaciones procedentes de la casilla destinada a la Iglesia católica. Gracias a esta íntima colaboración, Cáritas sostiene buena parte de su densa red de centros y servicios que funcionan a través de las parroquias y diócesis de toda España, donde el año pasado pudo acompañar y acoger a 1.975.000 personas. Este apoyo de toda la Iglesia también es vital para impulsar las acciones de lucha contra la pobreza que Cáritas Española desarrolla en terceros países, de las que se beneficiaron otros 2.080.000 millones de personas en África, Asia y América Latina.

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