Tenía yo once años en 1976. Había muerto Franco. La sociedad estaba entre el temor, el recuerdo y la ilusión. Ilusión porque había esperanza de que llegara la democracia después de cuarenta años. Recuerdo a aquellos que mandaba, aquellos que después perderían sus privilegios, y recuerdo, también, el temor a que todo siguiera igual.

Yo preguntaba a mis maestros de la escuela si era buena la democracia y ellos me contestaban que sí. Me decían que sería más libre y que cuando tuviera la edad podría votar a quien quisiera libremente. Y que cada cuatro años podría elegir libremente a cualquier partido. ¡Qué sueño!

Pues bien, estamos en 2017 y la única reflexión a la que llego después de haber votado en varias elecciones y a partidos distintos, es que cuando uno gana por votos, el resto lo quiere quitar del gobierno. ¿Democracia? Me decían los maestros que la justicia en democracia sería igual para todos. Lo siento maestros, se equivocaron. También me dijeron que ya nadie más se enriquecería a costa del pueblo y si lo hiciere sería castigado y no protegido como en la dictadura. Lo siento maestros, también os equivocasteis. Dijo Salvador Allende que en una ocasión asistió a una manifestación y vio como un compañero llevaba una pancarta que decía: "Este es mi gobierno, aunque sea una mierda".

Pero, ¿de verdad sabemos lo que es una democracia?

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