Fandiño, torero muerto por un toro en una plaza de Francia. Noticia que corría por todas las redacciones como una bomba; unos para alegrarse en las redes sociales y que así se quiten las corridas y otros, por supuesto, para quedarnos estupefactos ante una muerte de un hombre de 36 años.

Una línea roja separa la muerte de la vida; cada uno escoge su carrera o al revés. Pero si mueres en lo que te has buscado no es que sea menos muerte pero es lo que al final tú has decidido.

Los dos han llegaron al final de sus vidas. Uno por torero y otro por toro. Decisiones todas; él escogió su carrera y el toro sin el torero no existiría.

Demagogia. Por favor, opinen ustedes.

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