El viernes se escenificó el final de un proyecto político que, aunque mantiene sus siglas, ahora está en manos de una serie de personas que han traicionado el verdadero espíritu de Ciudadanos.
Debemos lealtad a los valores que constituían su ideario: libertad individual, regeneración democrática, justicia, tolerancia… Algo ha fallado en Cantabria.
Quien votó a Cs o militó en el partido aquí en Cantabria, lo hizo defendiendo un proyecto de Centro. Un partido que en su día afirmaba en su ideario pertenecer al Centro Progresista (que desde mi humilde opinión poco o nada tiene que ver con la derecha). Hoy en día, creo que el progresismo de este partido liberal se ha utilizado simplemente para contentar a los que creímos que ningún ciudadano podía quedar en el camino. Estos ciudadanos, los más vulnerables, tienen que ser los primeros en beneficiarse de los logros y avances que alcanza la sociedad del siglo XXI.
Muchos de los que militábamos en Cs lo hicimos por primera vez en un partido político porque éste afirmaba romper con la vieja política, la dicotomía izquierda-derecha, la imposición de cargos y de políticas personalistas ya que éramos nosotros quienes llevábamos las riendas del partido.
Los líderes de Ciudadanos en Madrid debieran visitar con mayor asiduidad las distintas regiones y agrupaciones que tienen por todo el país. Vigilar lo que se está haciendo en todas y cada una de sus franquicias. De este modo se ahorrarían desagradables titulares como los que leímos el sábado:
- El dedazo de Albert Rivera colocando al cómico Felisuco rompe Ciudadanos.
- Terremoto de bajas de Ciudadanos en Cantabria por el liderazgo 'a dedo' de Felisuco.
- A Ciudadanos se le cae la 'C' de Cantabria
- Estampida en Cs tras el nombramiento de Felisuco como portavoz de Cantabria.
Los cántabros que dejamos el proyecto de Félix Álvarez lo hacemos por la falta de democracia interna, su giro hacia una nueva línea política más tendente hacia la derecha y la lucha interna entre los que queríamos trabajar y los que se limitaban a dinamitar ese trabajo.
Aquí en Cantabria esas promesas se difuminaron y para colmo dejaron el Centro para girar a la derecha. La llegada de Félix Álvarez a la cúpula del partido supuso la salida a subasta de Ciudadanos en Cantabria.
Quedan muchas preguntas en el tintero, como: ¿quién o quiénes fueron los verdaderos interesados en que éste liderara el partido en Cantabria? ¿Qué intereses podrían tener en colocar a Félix Álvarez a la cabeza de Cs en la región? ¿Por qué se ha rodeado el diputado nacional de caras que en su día pertenecieron a la derecha cántabra?
Algún día tendremos acceso a todas las respuestas, o no.