La ausencia de un auténtico líder tal como sucede actualmente en el PSOE, donde proliferan desavenencias, contradicciones y bandazos, todo son complicaciones a las que está contribuyendo el mal hadado "modelo plurinacional", que nadie sabe en qué consiste y menos aún para qué sirve. Todo coadyuva al mal clima existente entre las distintas federaciones del partido, situación producida por la falta de criterio que está demostrando su secretario general, Pedro Sánchez.

El mismo secretario de organización, José Luis Abalos, en lugar de observar un discreto silencio, cuestionó que algunos miembros socialistas andaluces sepan en que consiste el "federalismo", afirmación un tanto peregrina cuando se trata de militantes de su propia formación. Un dirigente de su rango no debe permitirse la licencia de improvisar. De no modificar su comportamiento, obviamente, se encuentran muy lejos de ser una opción mayoritaria al Gobierno.

Las ponencias de las federaciones socialistas están defendiendo modelos territoriales radicalmente distintos. Mientras que los valencianos abogan por el "federalismo asimétrico", los andaluces se decantan  por el "cooperativo" y los extremeños defienden el "autonomista". Algo sobre lo que militantes y votantes pasan olímpicamente, entre otras razones por desconocer e ignorar el contenido y diferencias entre las tres corrientes al albur de los políticos.

Concretamente en el 13ª Congreso Regional del PSOE andaluz que se celebra esta semana la intención es arrinconar al sanchismo y dejar meridianamente claro quien gobierna en Andalucía tras la derrota de Susana Díaz en las pasadas elecciones primarias de mayo. El objetivo es dejar patente que existe una líder única allí. No en vano, de los 481 delegados con derecho a voto solo 31 apoyarán al sector crítico

Así las cosas mueve a ratificar que el odio soterrado que mutuamente se profesan ambos líderes, al margen de los besos y abrazos para la galería, es una realidad. Dicho sentimiento obedece a un círculo vicioso que no se satisface nunca retroalimentándose con el mal ajeno, circunstancia que Sánchez se siente incapaz de superar, quedando de manifiesto su incapacidad para hacerse con el reino de Taifas andaluz, territorio en el que además no cuenta con ningún predicamento por múltiples razones y entre ellas, su ambición y maneras.

Reconociendo que las comparaciones son muy desagradable, .el precedente dejado por Felipe González en el partido tampoco favorece a Sánchez. El secretario general es un desubicado personaje con un criterio excesivamente variable y caprichoso que descoloca a su militancia y en ocasiones a los propios dirigentes, muchos de los cuales no están de acuerdo con las relaciones que actualmente ha retomado con Pablo Iglesias, cuya experiencia anterior no resultó precisamente muy satisfactoria. Persiguen similares fines y se disputan los mismos votos, con lo cual, la posibilidad de llegar a pactos que les beneficien  por igual es materialmente imposible. Eso sí, ambos reconocen que el deseo de expulsar a Mariano Rajoy de La Moncloa es totalmente compartido… ¡¡Tiempo al tiempo!!

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