Macron en Francia, Trudeau en Cánada, y ahora Kurz en Austria. La experiencia ha dejado de ser un grado y la juventud ha tomado el relevo, comenzando a ser un valor en alza en los círculos de poder mundial.
Les presento a Sebastian Kurz, político de carisma, la estrella mediática del momento en Austria. 30 años, actual ministro de Exteriores y candidato a la cancillería austriaca por el partido conservador ÖVP en la próximas elecciones de octubre. Su trayectoria política es corta pero muy intensa y toda ella galardonada de records.
Subsecretario de Estado con tan sólo 25 años, ministro de Exteriores con 27, es el líder indiscutible y con máximos poderes del Partido Popular austriaco ÖVP. Las encuestas le dan como ganador pudiéndose convertir en el próximo Canciller austriaco con tan solo 31 años.
Su santo y seña es hablar alto y claro. Sobre todo en los temas espinosos que requieren soluciones inmediatas, muchas veces impopulares. Esto le ha llevado a enfrentarse frontalmente con las decisiones tomadas por la todopoderosa canciller alemana Angela Merkel. Difieren y mucho en lo que se refiere a política migratoria en Europa.
Ha llegado incluso a definir las políticas y decisiones de Merkel de ingenuas. Es quizá su juventud la que le hace ser tan osado y no tener ningún reparo en enfrentarse a las políticas de puertas abiertas a los refugiados en Europa.
Desde el principio de la entrada masiva de refugiados a Europa, Kurz levantó la voz y abogó por el cierre de la ruta balcánica. Es más, junto al primer ministro húngaro, Viktor Orban, y sin consultar con Berlín organizó el cierre de dicha ruta a los refugiados que se encontraban acampados en Grecia, creando con esta decisión un caos humanitario en este país.
Con estas acciones ha conseguido ser un referente en lo que se refiere a políticas migratorias en la Unión Europea. Su nueva propuesta es cerrar también la ruta del Mediterráneo, acción que ayudaría especialmente a países como Italia y España.
Propone que los refugiados que sean interceptados en el mar sean devueltos a Egipto y Túnez y que la Unión Europea cierre contratos con estos países para la devolución y acogida.
También ha levantado la voz contra todas las ONGs de ayuda humanitaria que auxilian a los refugiados en el Mediterráneo. Las insta a que acaben con esas ayudas ya que son ilegales y no hacen más que crear falsas expectativas a todo aquel que quiera llegar a Europa "Si cerramos la ruta mediterránea acabaremos también con el tráfico de personas que se genera en el norte de África", ha dicho Kurz. "Ya cerramos una ruta como la balcánica, ahora debemos cerrar el Mediterráneo, aunque sea algo más complejo", ha llegado a añadir.
Otros de los temas que aborda sin miedo es la pérdida de identidad en Europa por complacer a los recién llegados. En Austria, dice "no permitiremos ninguna radicalización musulmana". Kurz está claramente a favor de prohibir el velo y de imponer unos criterios muy claros de la integración a los musulmanes así como la obligación de aprender el alemán y la asistencia a cursos de valores en la sociedad austriaca. También quiere controlar la educación en los Kindergarten musulmanes, donde desde el inicio de la vida escolar se imparten valores musulmanes que se enfrentan a los valores que rigen en la sociedad austriaca.
Otro de los temas con los que se atreve es con las relaciones con Turquía. Es bien sabido que desde que Erdogan llego al poder, la deriva autoritaria es imparable es este país: Detenciones a periodistas y activistas de derechos humanos, controles a los medios de comunicación, restricciones en las libertades civiles etc… Sebastian Kurz es tajante. "Turquía se aleja de los valores europeos luego Europa debe alejarse de Turquía y cortar todas las negociaciones que se están haciendo para una futura entrada en la Unión europea” ha dicho. "Un país sin bases democráticas no tiene cabida en la estructura de la Unión Europea", ha añadido en alguna ocasión.
Incorrecto y valiente. Se atreve a decir, lo que muchos piensan y callan por no faltar a la corrección política. Una mayoría cree ver en él al candidato que Austria necesita en momentos tan convulsos como los que se están viviendo en Europa. Su estrella la sustentan los medios de comunicación de Austria, donde él reina pero además gobierna. En octubre será su reconocimiento. Mientras tanto él seguirá diciendo lo que muchos callan.