Se llama Reem, pesa 100 kilogramos y mide 1.70 metros, tiene dos brazos y sus piernas son ruedas. Se trata del primer robot policial diseñado por una empresa española para prestar servicios en Dubai. El objetivo es que en el 2030 el 25% de la plantilla sea robótica. Entre sus funciones, Reem podrá recibir denuncias por crímenes, iniciar investigaciones, cobrar multas y facilitar información al ciudadano, pero no podrá ni disparar armas ni detener.
Pese al avance en tecnología, parece que los microchips de silicio no podrán sustituir al ser humano respecto a actuaciones tan delicadas y de tantísima responsabilidad. Por lo que nuestros agentes de la autoridad pueden estar tranquilos ejercitando una labor tan importante como necesaria.
Al igual que la tecnología ha cambiado, los delincuentes, presuntos de ahora en adelante, también lo han hecho. Edwin Sutherland introdujo el 27 de diciembre de 1939 en la Asociación Americana de Sociología el concepto de crimen de cuello blanco para referirse a aquellos delitos realizados por personas con un estatus socioeconómico alto, relacionados principalmente con el tráfico de influencias, el fraude, el lavado de dinero, el cohecho, la malversación, el crimen organizado.
Desgraciadamente nos ha tocado asistir al bochornoso espectáculo de las detenciones de delincuentes de cuello blanco, quienes han comenzado a caer al igual que los castillos de naipes, a la vez que paulatinamente van ocupando los chabolos de la trena de turno. Pero parejo a esta realidad, también comprobamos que la vieja costumbre de matar al mensajero sigue vigente y también se ha convertido en cotidiano el hecho de denunciar a los agentes de la autoridad que investigan a los presuntos delincuentes de cuello blanco, intentando desprestigiar a quienes se dedican al más exacto cumplimiento de su deber.
La última ha sido por parte del Govern, quien ha denunciado a la Guardia Civil. Por si fuera poco, también se ha convocado una manifestación en su contra. Ya lo decía Séneca, a los que corren en un laberinto su propia velocidad los confunde.