Incluso, aceptando la idea de que piratas y corsarios jamás respetaron más ley que la suya, creí entender que detrás del parche quedaría algo de honor y sentido común en momentos de dolor y vulnerabilidad. ¿Imaginaran los secesionistas que sería de Cataluña sin el respaldo antiterrorista de España y de la UE? Dudo que quienes con fe ciega se entregaron al delirio independentista lleguen a preguntárselo. Viven en una pesadilla de la que será complejo despertar sin consecuencias.
De los atentados sufridos en Barcelona se deducen conclusiones que, mas allá de producir tranquilidad frente a futuros ataques, lo que provocan es un profundo desasosiego. Resulta, cuanto menos, penoso, que el gobierno de la Generalitat, a menos de 24 horas de los actos terroristas se manifieste diciendo que nada parará el proceso, ni su maldita hoja de ruta. Y lo dice en catalán para que solo lo entiendan quienes hablan esa lengua y aun creen posible esa Ley de Desconexión con la que amenazan a España. Una Ley de Desconexión que viene a ser como si Endesa nos decidiese unilateralmente cortarnos la luz a pesar de seguir pagando. ¡En catalán! y en voz alta a pesar de que la mayoría de las víctimas eran turistas; esos contra quienes carga la CUP, los socios indispensables del gobierno autonómico de Puigdemont. ¿Cabe mayor despropósito?
El espectáculo de la división entre el Gobierno de España y el autonómico fue y es, lamentable, por mucho que en los medios se haya transmitido el mensaje de Unidad. ¿Que unidad pudo existir el pasado 17 de agosto con el presidente Rajoy reunido en Barcelona en la Delegación del Gobierno con la Guardia Civil, y Puigdemont atrincherado en la plaza de San Jaime con los suyos?
Ayer supimos que en su delirio, la Generalitat decidió unilateralmente no colocar bolardos o grandes macetas de hormigón en las Ramblas que impidiesen el paso de furgonetas o camiones, como había aconsejado el Ministerio de Interior tras los atentados de Niza, Berlín y Londres. Dice el Conseller Joaquim Forn, que es imposible colocarlos en toda la ciudad..., pero más bien, creo que lo que ya es norma en la Generalitat, es hacer lo contrario a lo marcado por el Gobierno de España, aun a costa de hacer de Barcelona una ciudad vulnerable. Entiendo que tienen otras prioridades para los recursos autonómicos: urnas, propaganda y embajadas, aunque en esta ocasión el error de no proteger espacios con grandes concentraciones como publicas, como Las Ramblas, haya salido tan cara.
El atentado en Barcelona ha puesto de manifiesto la sinrazón de gobierno autonómico centrado en quimeras secesionistas en lugar de centrar su preocupación en la seguridad de los ciudadanos; pero también la extrema debilidad del gobierno Central temeroso de aplicar el Articulo 155 de la Constitución escudándose en el Tribunal Constitucional para no mancharse las manos. Como Pilatos. Dice el Art. 155 de la Constitución Española:
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.