Opinión

Como aquel rebaño de ovejas

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Inolvidable imagen de aquella película Australia: un inmenso y compacto rebaño de ovejas bordea un precipicio. Son tantas y tan bobas y gregarias que comienzan a despeñarse mansa e ininterrumpidamente sin que haya una posibilidad de enmendar el entuerto, sin que ni una de ellas sea capaz del mínimo gesto inteligente de sana rebeldía que salve y la salve.

Una metáfora tan adecuada e impresionante que resulta enormemente útil para explicar algunos movimientos populistas. La masa (la calle), no es muy lista y si además tiene insidiosamente comido el tarro por discursos torticeros e intereses particulares, la falta de inteligencia tiende a demenciarse y militar enloquecida en sabe Dios que retorcidas aspiraciones por caminos inviables. Se despeñan mansa y absurdamente como las ovejas de los gigantescos rebaños Australianos ignorando enardecidamente que sirven intereses particulares y se sacrifican absurdamente.

Desmarcarse bizarramente de la masa requiere un esfuerzo intelectual y moral del que la calle es incapaz. El rebaño obedece estúpidamente a líderes aceptados estúpidamente y se deja caer en el precipicio estúpidamente.

Así tal sacrifico se convierte en una demente payasada, más dañina que útil tanto para unos como para otros.

Se necesitan urgentemente líderes santos y sabios, nobles, generosos, gentiles, desinteresados y entregados. No sé si queda de eso.

Ayer el Rey habló moderada y adecuadamente demostrándose en el sentido que proclamo. V.E.R.D.E. mientras tanto.