Héroes en llamas, ángeles sin alas

Bomberos trabajan en los escombros de un edificio en la capital mexicana Reuters

Cuando las llamas sobrevuelan el aire de la ciudad alcalareña, siempre aparecen ellos, nuestros salvadores, nuestros héroes protectores. Cuando el miedo asola nuestras calles, siempre aparecen ellos, nuestros ángeles de carne y hueso.

La responsabilidad inherente que desprenden nuestros héroes sirve, en ocasiones, para que el partido de turno haga un uso poco ortodoxo de ellos. Y cuando me refiero a un uso poco ortodoxo, a continuación entenderéis a qué me refiero.

Antes de entrar en el fondo del asunto me gustaría que nos replanteáramos ciertas cuestiones que, en ocasiones, son tan obvias que no las contemplamos. Nos hemos replanteado, por un sólo momento, ¿qué ocurriría si nuestros Ángeles de la Guarda decidiesen un día no ejercer sus funciones hasta que el Ayuntamiento alcalareño les abonara el montante adeudado?

Nos hemos replanteado, por un sólo momento, ¿qué por ejercer con su responsabilidad de salvaguardarnos, están ejerciendo un trabajo que no se les está siendo remunerado por el Ayuntamiento? Nos hemos replanteado, por un sólo momento, ¿qué ocurriría si hubiese un incendio y nuestros bomberos decidieran no asistir hasta que no se les pague la deuda pendiente que el Ayuntamiento alcalareño les debe?

Si alguna vez nos lo hemos replanteado, os contaré algo: Alcalá de Guadaíra, un Municipio con más de 75.000 habitantes y denominada Gran Ciudad, se encuentra en la actualidad con el siguiente panorama:

En relación a los bomberos. Tienen una plantilla de bomberos de seis personas por guardia, dos plazas vacantes de Jefes de Equipo, una plaza vacante por tasa de reposición y una realización de veinticuatro guardias extras de veinticuatro horas cada una.

Para que todos podamos entender los datos objetivos. Contamos con una plantilla, insuficiente, de 30 bomberos, los cuales se dividen, como decíamos anteriormente, en seis por guardia. A mayor abundamiento, de siete días que tiene la semana, tres días no cuentan con jefe de servicio, lo que conlleva la terrible consecuencia de que el bombero de más antigüedad se tenga que hacer responsable de las importantes toma de decisiones y, las consecuencias que estas pudiesen conllevar.

Los bomberos, primando siempre su deber de responsabilidad y protección y, sabiendo la desastrosa y penosa situación por la que pasa el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, se comprometieron a realizar algún refuerzo de manera temporal, repito, de manera temporal. Llevando en la actualidad más de 18 meses en una situación insostenible para sus estados físicos ya que los descansos no se corresponden con la realidad de este trabajo.

Por no irnos muy lejos, este verano han trabajado un día sí y un día no, con las terribles consecuencias físicas que va a conllevar, como lesiones en miembros del equipo. Después de saber todo esto, hay algo más. No les están pagando los refuerzos que les deben, sumando cantidades realmente desorbitadas y, en ningún momento y bajo ningún concepto, se han replanteado no cubrir sus puestos de trabajo.

Ahora, en relación a los policías.

Tienen un déficit de cuarenta policías, cuatro en comisión de servicio y un tope de 40 horas extraordinarias al año que, en la mayoría de los casos, están más que cubiertas.

No saben en el estado que se encuentran la relación de puestos de trabajo y, al igual que sus compañeros, se les adeuda una cuantía bastante notoria por parte del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, pero tampoco se han replanteado el dejar de ejercer sus funciones. Algo más que admirable por ambos colectivos.

Común a ambos, no sólo están las cantidades que se les adeudan, sino que nos encontramos en un Ayuntamiento sin Oferta Pública de Empleo que no está ni se le espera. Únicamente, se le da patadas al balón hacia adelante sin que ello conlleve marcar el gol definitivo que sería aprobar una Oferta Pública de Empleo a la altura de una Ciudad como es Alcalá de Guadaíra.

Una de las soluciones pasaría por calendarizar el pago. Otra por colocar la masa salarial donde le corresponde en los presupuestos para que pueda ser pagada, otra por crear una relación de puestos de trabajo, otra por hacer una foto real de cómo se encuentran los trabajadores de Alcalá y que funciones desempeñan y, por último y, más importante, voluntad política de querer solucionar la situación de incertidumbre a la que nos tienen sometidos.