Superar la dependencia

Sergio Llull intenta anotar ante Bélgica.

Por primera vez en la era Laso, el Real Madrid afronta un comienzo de Euroliga con el título de favorito algo chamuscado. La ausencia de Sergi Llull por lesión para un largo periodo de tiempo, ha situado al equipo blanco ante su realidad neta y compacta de la Llull dependencia. No sólo se trata de perder a tu mejor jugador; es perder al líder, al alma. Al jugador sobre el que giran los engranajes y los estados de ánimo. Porque esos puestos ni se heredan ni se asigna. El líder se hace día a día, se agazapa al filo de la línea de tres y eclosiona en el último segundo del cuarto.

Y no acepta contradictores, sí adeptos. Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Jaycee Carroll, K.C. Rivers y Jonas Maciulis formaron una guardia pretoriana que protegía y completaba al menorquín. Tras el cúmulo de lesiones sin cicatrización de Rudy y la marcha del Chacho el proyecto, que alcanzó su máxima altura en la primavera de 2015, se descuadró. Desprovisto de la fluidez anterior, pero con un Llull aún bendecido, unos pivots que invitaban a mirar más en ellos y un banquillo profundo y solvente, el Real Madrid no veía objeción a su hegemonía en España.

El último curso señaló la confirmación de lo inevitable. La subordinación del juego a Llull fue tal, que éste llegó vacío al tramo final de la temporada, allí donde se reparten éxitos y fracasos. La aparición estelar de Luka Doncic desde primera hora hizo albergar al madridismo la esperanza de una cohabitación de líderes. Pero las prestaciones de un chaval de diecisiete años llegan hasta donde llegan. La verdad de su físico y su experiencia frenó lo que un indudable talento prometía. Las derrotas sin reparos ante el Fenerbahçe en la Final Four y ante el Valencia Basket en la Liga Endesa demostraron que es difícil tener un plan B cuando el plan A se basa en un jugador tan dominante como cumplidor.

Además, no lo olvidemos, Doncic es un jugador talentoso criado en el confortable entorno del actual Real Madrid y no en la hostil Yugoslavia de los años 80, donde cada punto y cada finta excitaban a una grada con el futuro incierto. Desgraciadamente al “Madrid de Llull” no le va a suceder el “Madrid de Doncic”. La NBA se ha convertido en un agujero negro de atracción irresistible para los baloncestistas europeos llamados a las más altas gestas.

Así que dejemos que la rodilla de Llull evolucione según el horario previsto, esperemos a que se asienten Campazzo y Causeur, veamos que puede aportar Randle, deseemos un mayor protagonismo a Reyes, Ayón y Kuzmic; aguardemos al próximo estirón de Doncic, elevemos nuestras plegarias por el restablecimiento definitivo de Rudy, hagamos votos para que las flores del verano esloveno de Randolph den los frutos pertinentes y acepten mi predicción de que Thompkins es el verdadero fichaje de la temporada. (Por mayo lo comprobaremos.)

El Real Madrid debuta en la Euroliga 2017/18 en el Sinan Erdem Dome ante el Anadolu Efes. Es de suponer que los jugadores de Pablo Laso disfrutarán este jueves del tibio otoño estambulense, pues a partir del viernes se acerca el invierno moscovita a lomos del Chacho.