Arrepentidos los quiere Dios

Forcadell, a su regreso al Parlament. Efe

La cultura europea es heredera de siglos de tradición católica; unos apostólica y romana, otros por distintas derivadas, como los luteranos o anglicanos, por ejemplo, incluso ortodoxos de Grecia y países del Este de Europa. Los pecadores, una vez arrepentidos y cumplida la oportuna penitencia, son recibidos por Dios y acogidos en su gloria.

Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado bregan con la peor calaña de la sociedad; sí, sí, esa misma que aboca a muchos individuos a infringir el Código Penal y leyes vigentes. Hay unas cuantas personas incriminadas por varios tipos delictivos. Entre otros, sedición y rebelión; así mismo, debería contemplarse la malversación de fondos públicos. En los tiempos que corren en nuestro amado país llamado España, más aún en los partidos y formaciones políticas, vemos su subsistencia gracias a múltiples subvenciones a cuenta de los contribuyentes de todo el país.

El Golpe de Estado cometido en la Comunidad Autónoma de Cataluña fue obra de partidos y agrupaciones políticas, así como organizaciones no gubernamentales (ONG), pero con gran influencia en aquellos electos en comicios. También está imputado el que fuera máximo dirigente del Cuerpo de Policía Autonómico. Es más, según las investigaciones avanzadas por la Guardia Civil, hay un gran número de agentes implicados en la celebración de una consulta ilegalizada por el Tribunal Constitucional. Ellos están siendo llamados a declarar por haber incumplido las instrucciones recibidas, colaborar con las acciones y no mostrar el debido celo de un agente de la Autoridad para cumplir y hacer cumplir la ley.

Respecto a los imputados -investigados, según la denominación que se desee, tenemos de todos los tipos posibles. A saber: libertad bajo fianza, prisión provisional y huidos de la acción de la Justicia. Dentro de ellos, del grupo que pensaba de la misma manera, pese a pertenecer a formaciones distintas, se van produciendo fisuras. Su presunta fortaleza, unida a la chulería cuando ostentaban el poder, se ha resquebrajado.

El primero de los golpes fue dado por el rebelde al cuadrado de su expresidente Carlos Puigdemont, junto con los exconsejeros fugados a Bélgica. Desde allí, día sí, día también, realiza declaraciones cada vez más estrambóticas. Fue acogido en aquél país, que ignora de manera complicada los presuntos delitos cometidos en otro país, con quien comparte mesa dentro de la Unión Europea. Las penúltimas manifestaciones proponía realizar un referéndum para una posible salida de Cataluña de la Unión Europea. Preguntarse si ha perdido la “chaveta” por completo ya no resulta aventurado. ¿Será una estrategia de defensa ante una futura condena?

El segundo bajonazo fue el trágala de la presidenta del Parlament, Carmen Forcadell. Ella, en declaración ante el juez, aceptó la resolución del artículo 155 de la Constitución Española de 1978. Es más, se desmarcó diciendo que la Declaración Unilateral de Independencia -DUI- fue “declarativa y simbólica”, algo del todo cierto. Esto es, es una declaración -como tal- y es un símbolo -porque es el comienzo de intenciones de separarse de un país-. Las consecuencias beneficiaron a la cobarde política: el juez fijó una fianza para eludir la prisión. El resto de exmiembros de la Mesa del Parlament también fiaron con cantidades de dinero su libertad.

La estancia en prisión es capaz de macerar las presuntas fortalezas de los más miserables delincuentes. Pero, ¿es verdad su propósito? Visto lo sucedido con aquellos que evitaron la cárcel, los exconsejeros están empezando a enviar escritos a la Sala del Tribunal Supremo, que ha acogido toda la causa seguida por el Golpe de Estado en aquella Comunidad Autónoma. Cuan senda de los elefantes, afirman estar conformes con el “155”, que bien parece ser la Purga de Benito respecto al llamado “conflicto catalán”.

En este punto nos asaltan muchas dudas a un gran número de españoles, cumplidores con la ley en todo momento, sin ninguna idea de nuestro pasado, presente e inquietudes por el futuro más cercano:

¿Son de fiar quienes han forjado la base de esos presuntos delitos durante años?

¿Se puede dar una situación de normalidad en 55 días desde la intervención por el Gobierno de España del Gobierno de una Comunidad Autónoma, cuyos gobernantes realizaron una Declaración de Independencia?

La respuesta es no.

Delincuentes tienen las cárceles llenas. Muchos de ellos, la mayoría me atrevería a decir, estarían plenamente arrepentidos de sus delitos, en fase de condena, instrucción o pendientes de juicio, siempre y cuando fuera ese un detalle para obtener la libertad.

A semejanza de los pecados cometidos en nuestra tradición religiosa, se ha de cumplir una penitencia -pena- para conseguir ser absueltos de los mismos. Arrepentidos los quiere Dios, sin duda... en el terreno judicial, una vez cometido un delito, juzgado, condenado y cumplida la pena podrán recuperar la libertad y resto de derechos.