El Ministro de Interior presenta a bombo y platillo un plan para comunicar pautas de actuación de la ciudadanía en caso de atentado terrorista. Todo muy loable y adecuado a la realidad social europea. Para apoyar su discurso y establecer la comunicación de dicho programa Zoido o su equipo eligen a un teniente coronel de la Guardia Civil, experto en la lucha antiterrorista y al policía nacional Saúl Craviotto, famoso por sus muchos éxitos deportivos y por aparecer y ganar un reality de cocina.
Todos agradecemos la genial imagen que ofrece Saúl de la Policía Nacional, el orgullo que sentimos de verle vencer ante los mejores del mundo en su deporte, pero ello no obsta para que muchos veamos una notable frivolidad que aparezca en un acto en el que cualquier policía destinado en unidades especializadas estaría mucho más legitimado a comparecer, máxime cuando es la Policía Nacional la que ha protagonizado los principales éxitos y, por qué no decirlo, los mayores sacrificios en la lucha antiterrorista.
Ahora el ministro recibe las lógicas críticas derivadas de primar la imagen al contenido. Para colmo, esto sucede en un momento clave para este cuerpo policial, pues se está planteando resolver una injusticia económica de décadas para con Policías Nacionales y Guardia Civil.
Señor ministro, su mandato al frente de Interior sólo lo arregla la equiparación, ya tarda...