Opinión

Lo que la ciudadanía reclama

Carles Puigdemont en el vídeo que ha difundido en las redes sociales.

Carles Puigdemont en el vídeo que ha difundido en las redes sociales. YouTube

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Lo que menos me preocupa es que el señor Puigdemoni (sigo con mi forma peculiar de llamarle) es que entre en el Parlamento o no con redoble de tambores y con los acordes del ta ta ta cham para el discurso de investidura, hoy o cuando se decida nueva fecha. Lo que realmente me preocupa, es que un prófugo de la justicia, al servicio del Estado, con deber de responsabilidad y lealtad a las leyes constitucionales, pueda jactarse en Bruselas y alegar a la democracia española para tratar de saltarse todas y cada una de las normas del Estado de Derecho.

Vamos a ir recopilando las joyas de este señor: referéndum ilegal (aún sigo riéndome de la suma de votos, que creo recordar que sumaban un 102% y que ni se molestaron en maquillar matemáticamente hablando), malversación de fondos públicos para pagar el procés, la desviación de los transferencias públicas para gastos sociales destinados a catalanizar la escuela pública, la manipulación de medios audiovisuales y la grotesca exhibición al mundo de lo que yo denomino “memoria sin historia” (fotos trucadas, niños en mitad de las carreteras, sangre digna de Tarantino), las mordidas del 3% de su partido, las facturas de todo lo que está conllevando su “pobre y austera vida en Bruselas”... De verdad, ¿cuánto tiempo tendremos que seguirle riendo las gracias a este señor?

Evidentemente Cataluña habló en un referéndum legal, y se apartó del 98% que según Puigdemoni quería independencia. Cataluña y en general todos los españoles reclaman soluciones y lo que los políticos deben hacer es responder a lo que la ciudadanía reclama. Hay que buscar marcos legales a un modelo de estado que reclama la población y eso es labor de Estado e instituciones. Pongámonos ya serios señores, dejemos al lado los dimes y diretes y busquen soluciones en vez de zancadas. Puigdemoni no puede ser president, por todas esas razones, pero eso no impide la búsqueda de otro candidato que pueda actuar de interlocutor dentro de la legalidad. Aunque suene utópico. Hay que empezar desde cero para construir lo que nace destruido. Por parte de unos y otros. Interlocutores nuevos, sangre no viciada. Y sobre todo.. no perder más tiempo y por supuesto dinero.