Con el paso del tiempo ha resultado más que evidente que la aplicación del famoso articulo 155 de la Constitución por parte del gobierno puede calificarse de “mucho ruido y pocas nueces”. Si bien se ha producido un cese de cerca de 260 altos cargos, la maquinaria del gobierno catalán ha seguido trabajando de espaldas al Gobierno de Rajoy. En paralelo, el plazo para elegir a nuevo President se agota. Llegados a este punto, uno se pregunta de que ha servido todo esto. Los que por nuestra profesión trabajamos con cierta regularidad con las administraciones, hemos podido observar que la aplicación del 155 no ha influenciado en nada en el día a día de la Generalitat, y son muchas las persones que se preguntan que pasará cuando se forme el nuevo Govern.
No nos engañemos, el 155 ha sido como un espejismo, la ilusión frustrada de mucha gente, en la que se ha perdido una ocasión histórica para normalizar la realidad constitucional en Cataluña. En cuanto se nombre el nuevo Govern, volverá el reparto de cargos, seguirán (por que nunca se pararon) las subvenciones, y una confrontación continuada con el Estado. Un Estado que simplemente, ha renunciado a ejercer como tal en Cataluña.
Rajoy su gobierno han decidido abandonar Cataluña y los catalanes a su suerte, por su parte Arrimadas y Ciudadanos tres cuartos de lo mismo. Con el 155 y la victoria de Ciudadanos en las elecciones del pasado diciembre, las de más alta participación en la historia reciente, se demostró que existe otra Cataluña muy diferente a que los diferentes gobiernos de la Generalitat han vendido promocionando. Solo los catalanes, con el resto de los españoles pueden hacer volver a la normalidad constitucional, al gobierno español ni está ni se le espera. Los complejos de los partidos nacionales son muchos y acrecentados con los años, y han de ser sus militantes y el resto de los ciudadanos los que les hagan tomar partido de forma clara y rotundo por la España constitucional.
No hay que olvidar que la situación actual es producto de la dejadez de diversos gobiernos, ya desde la época de Felipe González hasta el actual de Mariano Rajoy. Son muchos años dejando a la autonomía catalán a propasar de forma continuada la Constitución y ahora… ¿quien detiene esta locura?