Opinión

El neozapaterismo y la cuñadocracia

Los dos aspirantes a suceder a Mariano Rajoy: Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.

Los dos aspirantes a suceder a Mariano Rajoy: Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.

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Sirva esta escueta pieza de opinión para establecer con precisión las posturas de quienes se baten y quizás debatan por liderar los escombros de un gobierno censurado que otrora comenzó una legislatura aparentemente solvente.  Sirva también esta escueta misiva para denunciar los primeros días del censurante, que sitúan a Sánchez al frente de un ejecutivo que más parece un comité o equipo electoral que un equipo de gestores.


La campaña de primarias del PP, tras descartar a Cospedal, Margallo y compañía, se ha tornado en una batalla ideológica en lo que falla o no falla en las políticas del partido. Hoy Casado, hijo de Aznar y cuñado de Cospedal, dice liderar el proyecto del cambio de rumbo, pues al parecer no se encontraba muy cómodo en el anterior. 
El hecho de que Casado saliera dando la cara como Vicesecretario General de Comunicación del partido para defender las políticas del PP de entonces y que hoy las critique como condenables no debe ser motivo de escándalo, ¿o sí? La mano tendida de Soraya sacando pecho por ser la más votada, (y ganando por los pelos esta pugna), esconde el mayor de los temores ante la certeza de que los avalistas de Cospedal entreguen su apoyo a Casado y ella misma se diluya en el olvido en la polvorienta estantería de “viejas glorias”. 


Viendo como las gastan los del principal partido de la oposición, y ya quedando meridianamente claro que el único grupo que hace oposición seria y responsable es Ciudadanos, Sánchez tira de independentistas y populistas para ejecutar sus políticas neozapaterianas. 


¡Al turrón!: hablamos del control de la RTVE, (con sus trabajadores aún de negro, contra pronóstico del ejecutivo), del traslado de la sede del CIS a Ferraz, y de la mayor muestra de endogamia jamás vista en política con los cientos de colocaciones en puestos directivos relacionados con el Ejecutivo. Ni los primeros cien días lleva en el Gobierno Sánchez y ya nos ha costado varios miles de millones de euros, quizás sea todo un record, (consultaremos al Guinness)


Ya no es que queramos votar, que también, es que necesitamos hacerlo.