Estampida tribal

Manteros en Barcelona. Efe

Vengo observándolo hace tiempo, pero el atropello sucedido a una joven turista ,que ha recibido múltiples lesiones en la Gran Vía madrileña a causa del desafortunado encuentro con la estampida incivilizada de los « wellcome refugies » ha traído a la actualidad un hecho cotidiano y temible.

Muchos de los inmigrantes de color se convierten en manteros, agrupados en lo que muy fácilmente podría considerarse un funcionamiento típico de « manada » y es que como es sabido exponen sus mercancías en mantas que se recogen instantáneamente tirando de unas cuerdas que cruzan los mugrientos escaparates portátiles, de tal modo que uno o dos vigilan la llegada de la policia y en cuanto dan aviso huyen todos en temible estampida mirando para atrás como si correr a ciegas fuese un divertido deporte. Los mocetones poco más que adolescentes muestran una energía y una determinación mas propios de las espaciosas sabanas que de las aglomeradas ciudades con  personas caminando confiadas para las que pueden representar un muy grave peligro. Es preciso apartarse rápidamente para no sufrir un brutal atropello de consecuencias imprevisibles.

Dice una amiga. Que si un grupo de españoles hubiese hecho algo parecido a un inmigrante negro habría que ver y oír lo que se derivase de tal hecho casual. 

Y es verdad.

Habría que tomar medidas eficaces para defender a la población de las consecuencias de este «  mindundeo » buenista tan hipócrita como dañino, inútil porque no resuelve nada y solo pone en peligro al indefenso ciudadano.